domingo, 30 de junio de 2013

Salto Teológico-Evolutivo


Imaginemos que la tecnología es capaz, en un futuro más o menos lejano, de transplantar nuestra mente, nuestra esencia, a otro soporte físico. En un principio podría ser el cerebro de una persona más joven, pero podría llegar el momento en el que no tendría que ser un soporte biológico, y ni siquiera sería un artilugio físico concreto, podría estar en una “nube”, repartido por los diferentes servidores de una world wide web futura.

Estas mentes podrían existir durante cientos, miles de años, ser inmortales, aunque estarían expuestos a nuevos riesgos: virus, obsolescencia, clonaciones...Una existencia híbrida, entre lo humano y lo tecnológico, un salto evolutivo de proporciones cósmicas, una posibilidad que por extraña, grotesca y rebuscada que nos parezca, está ahí.

Seres como éstos estarían más cerca del concepto de dioses que del de humanos, podrían cruzar el Universo, colonizarlo, entender su sentido, o su sin-sentido. Pero no tendrían porqué ser ni Buenos, ni Malos, sino todo lo contrario.
 

sábado, 29 de junio de 2013

Sin Censar

Sentado en el parque he visto una abeja que revoloteaba de flor en flor, cumpliendo su parte en el engranaje del ecosistema. No voy por el lado cursi, lo que me ha venido a la mente es que esa abeja vive en mi ciudad pero no está censada, no paga sus impuestos. Como ella las ratas, las cucarachas, las hormigas... Se puede vivir en esta sociedad sin que te tengan fichado.

miércoles, 26 de junio de 2013

Sherlock vs los espíritus

No he leído nunca una novela de Sherlock Holmes, sólo he visto alguna que otra película, pero podemos tomar a este personaje como un ejemplo de la racionalidad, de la lógica aplastante y me extrañaría que hubieran demasiadas referencias a temas esotéricos en sus historias originales.

Por esto resulta extraño que su creador, Arthur Conan Doyle, fuera un ferviente defensor del espiritismo.
Conan doyle.jpg
Pero analizándolo con mas detalle, resulta que se decantó por estas creencias después de la dolorosa muerte de varios de sus familiares, en las ultimas décadas de su vida, después de haber escrito casi todas sus historias sobre Sherlock Holmes.