Regla número 1:
predice cosas que vayan a pasar, no cosas que no vayan a pasar.
Predecir cosas
que no van a suceder puede hacerte quedar mal, como al jefe de IBM allá por
1943 que dijo que la cosa esa de los ordenadores sólo tenía mercado para vender
4 o 5 unidades en todo el mundo. O los de Wester Union, que eso del teléfono no
iba a tener salida. O uno de los hermanos Warner, que en 1927 dijo que quién
coño iba a querer escuchar las voces de los actores.
Si predices cosas
que van a suceder puedes quedar como un señor, mira la fama que le quedó al
Julio Verne, y si no han sucedido siempre te queda la opción de añadir un “aun”
y te quedas tan pancho.
Regla número 2:
la experiencia nos muestra que la Historia regurgita, esto es, que se repite.
Por ejemplo, al
blanco y negro le sigue el color: fotografía, Televisión, Cine. Decir en 1970
que los periódicos en color iban a ser cosas normales era una apuesta segura. O a lo analógico le sigue lo digital, lo que
hace ver la llegada de los ebooks como algo inevitable.
Tiene sus
limitaciones si tratas de predecir productos concretos, pero estas reglas tomadas
con precaución nos permitirán, por lo menos, no anticipar demasiadas
gilipolleces.
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