sábado, 2 de noviembre de 2013

Vidas pasadas, lecturas olvidadas

Jane Evans es un ama de casa galesa de 32 años que se interesa por el hipnotismo como medio para curar su artritis. El hipnoterapista es Arnall Bloxham, un experto en este tipo de tratamientos que además de tratar enfermedades reumáticas, es capaz de llevar a las personas, mediante hipnosis, no solo al momento de su nacimiento sino más allá, a vidas pasadas.

Son los años 70, y el señor Bloxham graba estas sesiones, cientos de ellas. Jane Evans es su caso más "espectacular". Por medio de la regresión hipnótica, Jane describe su vida como:
  • Livonia, una mujer que vivió en la época romana en York;
  • Rebecca, una judía que vivió en los tiempos en los que éstos fueron perseguidos en la Inglaterra del siglo XII (en York)
  • Alison, una sirviente egipcia de un burgués francés de la Edad Media;
  • Anna, una sirvienta de Catalina de Aragón;
  • Ann Tasker, una costurera en el Londres de principios del XVIII;
  • y la Hermana Grace, una monja católica que vivió a principios del siglo XX en Iowa, Estados Unidos.
Según Bloxham, investigó los detalles proporcionados por  estas regresiones y su conclusión fue que eran genuinos, no podían ser fantasías. Y varios libros y documentales fueron publicados para communicar al gran público todas estas certezas.

Creer en lo que quieres creer es fácil. Y estas historias de reencarnaciones son tan, tan convenientes, tan razonables, tan oportunas. Cuadran el círculo de una vida que no tiene sentido si la ves desde la óptica cruel de jugártelo todo a una carta. Con una interminable sucesión de vidas los hijos de puta que hay por el mundo acaban pagando, reencarnándose en algún tipo de ser inferior; y los buenazos somos compensados con un upgrade más adelante. No en esta vida, claro, sino en otras futuras. Cosas del karma. En esta vida nos tendremos que apretar los machos y comernos la mierda que nos echen.

Y es que, al final, la reencarnación, más allá de lo poética que puede parecer la idea en un primer momento, es un meme que invita entre lineas a la pasividad, al amuermamiento, a la dejación, a la indiferencia.

Volviendo al caso del señor Bloxham y su aventajada paciente, Jane Evans, su caso no solo fue analizado por investigadores con querencia por el sentido existencial. Mervin Harris investigó este caso desde el punto de vista de la “criptomesia”, que viene a decir que ciertos actividades mentales, como recuerdos o brotes de creatividad con aparente origen paranormal, no son más que recuerdos inconscientes de un material memorizado tiempo atrás. Sus descubrimientos más interesantes son:
  • Lavonia, la mujer romana, podría estar basada en la novela de 1947, “The Living Wood”. Personajes inventados por el novelista aparecen en las memorias de Jane Evans.
  • La vida de Rebecca, la mujer judia, podría estar basada en una emisión radiofónica sobre los hechos del siglo XII.
  • Alison, la sirvienta del burgués frances, es un personaje de la novela The Moneyman, basada en la vida real de Jacques Coeur. Jane Evans describe a Jacques como un hombre soltero, tal y como es descrito en la novela, a pesar de que en la vida real estuvo casado y tuvo 5 hijos.
Otras sospecha de mi cosecha es siempre se reencarnó en mujeres, y de su mismo país o alredores. La reencarnación debe tener su inextricable lógica a la hora de asignar vidas, a saber el algoritmo que rige el reparto, pero con la mayor parte de la población del planeta en otras partes del globo, ya es casualidad que no se reencarnara en nadie de un país musulmán, del sudeste asiático, azteca o de la polinesia. Recordar detalles de culturas realmente diferentes le habría dado cierto glamour al caso.

La conclusión no es que Jean Evans estuviera mintiendo acerca de sus vidas pasadas. Seguramente esta mujer mezcló recuerdos, emociones, una innegable creatividad y manipulaciones hipnóticas para producir el espejismo de la reencarnación.

¿Cuál de las dos opciones creer?
Yo lo tengo claro, pero las personas que quieran creer en la reencarnación, a pesar de la evidente fragilidad de sus fundamentos, pues también.

Y respecto a los orígenes “literarios” de este tipo de sucesos, no es tan raro como pudiera parecer. Los avistamientos OVNIS tiene su origen en las revistas “Pulp” del primer tercio del siglo XX. 

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