La presión de tener una fecha para entregar algo hace que las cosas sucedan. Como escribir estas líneas. Me impongo hacerlo antes de las 7:00 de la mañana, antes de subir a ducharme para ir al trabajo y cuando apenas quedan diez minutos para que se me acabe el tiempo empiezo a escribir lo que sea. ¿Resultado? Que algo queda escrito, sea bueno o malo. La alternativa es no escribir nada, que simplemente quede en la mente como idea difusa, como aspiración grandiosa, como coitus interruptus que queda en la más absoluta nada.
La presión de tener que hacer algo es la magia que hace que algo quede. Mejor algo imperfecto que un fantasma.
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