Así es como se conoce en Estados Unidos el momento en el que un detenido es sacado de la comisaría, esposado, para introducirlo en un coche y llevárselo a otro sitio. Es el momento que vemos en televisión cuando alguna celebridad es detenida, algo que encaja mucho con el sentido del espectáculo que tienen los americanos. Los fotógrafos y cámaras se apelotonan en una de las salidas de la comisaría para presenciar la caída a los infiernos de la celebridad de turno.
Un momento innecesario, que contradice las aspiraciones de presunción de inocencia de una persona. ¿Sacar a la persona de forma más discreta, sin necesidad de pisar la calle para que sean captados por las cámaras? Eso sería muy poco "americano".
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