lunes, 4 de enero de 2021

Poner precio a las cosas

La mentalidad capitalista nos lleva a pensar en términos de precios, de coste, de beneficio. Somos mercenarios que venden su tiempo y habilidades al mejor postor, pero buena parte de nuestro esfuerzo no existe en ese mercado. Ayudamos a nuestros hijos a hacer los deberes, a pintar la casa a un amigo, le dedicamos horas y dinero a ayudar en el casal de la Falla, nos involucramos en alguna actividad con los amigos que requiere un esfuerzo relevante, trabajamos como voluntarios en alguna organización u ONG o escribimos unas líneas cuando encontramos tiempo.

Es el mercado el que decide qué actividades forman parte de él. Darle patadas a una cosa esférica, dependiendo del contexto, es algo absurdo o algo extraordinariamente lucrativo, si hay suficiente gente que quiera poner dinero para verlo.

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