Las recientes
crisis en Italia y Grecia han llevado a la formación de gobiernos con “técnicos”
en los puestos clave, tal y como ha sido descrito por la mayoría de los medios
de comunicación. Personas con un perfil “técnico”, sobretodo en los puestos más
económicos, en contraposición a personas con un perfil “político”.
Este juego de
palabras esconde diferentes interpretaciones que van desde lo ingenuo, a lo hipócrita,
acabando en la resignación.
Por una parte
la gestión de la Economía
no es neutra. El modelo económico y la ideología se influyen mutuamente y no es
posible entender el uno sin el otro, por tanto la raíz de un cambio de modelo
implica una transformación en todos los sentidos. Pero este momento de crisis
extrema nos lleva a la desesperación de pensar que existe un grupo de “científicos”
y “sabios” que con sus probetas y tubos de ensayo tomarán las medidas económicas
oportunas que harán desaparecer todos nuestros problemas de un plumazo.
Por otra
parte, ¿tiene sentido que demos poder a unos “técnicos” miopes, cegatos, que
han sido no sólo testigos sino partícipes del modelo que nos ha llevado a esta
crisis? ¿Estamos llamando al pirómano en lugar de a los bomberos? Goldman
Sachs, la Comisión Europea …
Echar un vistazo a los puestos que estos “técnicos” han ocupado es comprender
que no va a haber cambio de enfoque, que nos van a seguir aplicando machaconamente
las mismas medidas de siempre aunque no sirvan para nada.
Porque esa es
otra. ¿Cuáles son las medidas que habría que tomar realmente? ¿Cuáles son las
alternativas? ¿Por qué no las oímos alto y claro, si es que alguien las tiene? Da
la sensación de que la Ciencia Económica
actual vive en una época equivalente a la de la Medicina durante la
Edad Media , cuando te aplicaban una sangría
a la que te despistabas, porque no era más que un compendio de costumbres
y supersticiones que a veces curaba pero la mayor parte de las veces no lo hacía.
Todavía no ha llegado a la
Ciencia Económica el salto metodológico que le permita tener
un control real y un entendimiento adecuado de las medidas que hay que tomar y
de sus consecuencias.
Hasta que
llegue ese momento sufriremos a sus hechiceros y a sus sangrías. Así que
paciencia y esperar a que llueva pronto y se acabe esta sequía.
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