Nada más y
nada menos que 40 millones de pavos en Estados Unidos son consumidos por Acción de Gracias. Los
gustos de los consumidores han llevado una variedad de pavo en los que el pecho
es especialmente prominente, tanto que no facilita la reproducción natural de
estos animales. Así que se recurre a la inseminación artificial, un trabajo
bastante “manual” que necesita de trabajadores especializados para llevar a
cabo la extracción del semen de los machos y la inseminación de las hembras.
Una historia
que por absurda que parezca es real y que al principio me hizo bastante gracia…
Hasta que vi este video en el que se muestra como lo hacen:
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