miércoles, 21 de agosto de 2013

Escenas Memorables: Matar al Malo

En el cine el malo suele morir. No lo pilla la policía para que lo encarcelen, no. Mis recuerdos son que de alguna forma los guionistas se las ingenian para fuliminarlo, unas veces de forma más sutil, como que el bueno se ve obligado a cargárselo en defensa propia, o por la torpeza del malvado, que al final le da por caerse por un precipicio.

Pero en otras ocasiones los guionistas no se andan con contemplaciones y se recrean en el momento con una mezcla de poesía y toques de psicopatología, como este final de una de las pelis de Harry el Sucio, con su legendaria perorata de cuántas balas le quedan en su Magnum 44:


En este ejemplo de una película de Jodie Foster que pasó hace unos años sin pena ni Gloria, la protagonista no recurre ni a la defensa propia, toda una declaración de principios:


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