Parece un proceso
totalmente aleatorio de nuestra mente pero es probable que haya sido desencadenado
por la persona que se nos acaba de cruzar, que se le parece vagamente o lleva
la misma chaqueta, o te está llegando desde el restaurante de al lado, de forma
apenas perceptible, el aroma de un solomillo cocinado con la receta de la última vez
que compartiste cena con él.
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