La primera vez
que vi esta película me gustó. La segunda me maravilló y acabo de comprarme el
libro, del británico David Mitchell.
Son 6 historias ambientadas
en diferentes lugares y épocas: 1849, 1936, 1973, 2012, 2144 y “106” inviernos
tras la caída (en el libro, 2321). El mensaje viene a ser que nuestras acciones
abren nuevas posibilidades, aunque no seamos conscientes heredamos las
acciones del pasado y las transmitimos y las transformamos hacia el futuro,
hacia la “eternidad”.
Es la teoría de
los memes convertida en historias concretas, personalizada, contada de una forma que
sólo una novela puede hacer. Porque el conocimiento no sólo se racionaliza, el
conocimiento se interioriza, se amalgama con las emociones para convertirse en
algo más que una idea.
Trabajó durante 40 años como niñera, murió en 2009 pobre y sola, era una fotógrafa aficionada de la que nadie supo nunca nada, hasta que un joven encontró 100.000 negativos en una pequeña subasta en Chicago, en 2007, procedentes del guardamuebles donde habían quedado olvidados.
Ahora son admirados por su "modernidad, personalidad y calidad insólita para los años y las circunstancias en los que fue concebido".
La evolución es ciega, no hay un propósito, un objetivo,
unas reglas claras más allá de la de la supervivencia del más fuerte. Y una de
las posibilidades es que se desarrollen estrategias muy hijo de putas, como la
del Cuco, el pajarito que deja los huevos en los nidos de otros pájaros.
No se trata sólo de que otro apechugue con la crianza de
tus vástagos. En primer lugar el Cuco hembra llega a un nido cuando la madre
no está y elimina a algunos de los huevos allí presentes para que el que ella
va a poner a continuación tenga más posibilidades de supervivencia (en el video de hecho se los come). Luego la cría del cuco
nace antes, porque su periodo de incubación es menor, y el cabronazo del pollito tira al
resto de huevos fuera, de tal forma que se convierte en el único
habitante del mismo junto a su anonadada madre adoptiva. Para colmo, no para
de pedirle comida a la madrastra hasta que se convierte en un pájaro gordo y
seboso que apenas cabe en el nido.
Así que cuando alguien dice aquello de “la Naturaleza es
Sabia” se me revuelven las entrañas, porque la “Naturaleza” realmente es perversa,
despiadada y sanguinaria. La Evolución es una estrategia asombrosa y efectiva
pero muy, muy cabrona, en la que tú te comes a unos y otros te comen a tí. Lo
sabio habría sido diseñar otra basada en la cooperación, no una basada en la ley del más fuerte.
Según el filosofo Slavoj Zizek la gente no quiere realmente
ser feliz, no quiere lo que piensa que quiere.
Por otra parte, cuando una persona está en un momento creativo no está siendo realmente feliz, sino que por el contrario está dispuesta a sufrir con el fin de conseguir su objetivo.
La superabundancia de noticias es tan perjudicial para la mente como el exceso de azúcar para la salud. Esto es lo que defiende Rolf Dobelli, que se ha abstenido de leer los periódicos durante años, a pesar de publicar un artículo en The Guardian para defender su idea:
Las noticias llevan a engaño.
Los medios de comunicación tienen la tendencia de centrarse en los aspectos más dramáticos, lo que conlleva que desarrollemos un mapa mental de los riesgos equivocado: el terrorismo está sobrevalorado, el estrés infravalorado;el colapso de Lehman Brothers sobrevalorado, la irresponsabilidad fiscal infravalorada; los austronautas sobrevalorados, las enfermeras infravaloradas.
Son irrelevantes.
Leemos miles de noticias al anyo, pero apenas ninguna nos ha ayudado a tomar una decisión importante. Es difícil reconocer lo que es relevante, es más fácil reconocer lo que es nuevo.
No tienen poder explanatorio.
Las noticias son burbujas que explotan en la superficie de un mundo que está más abajo. Las historias importantes no son noticia.
Tóxico para el cuerpo.
Te incitan a estar en un permanente estado de estrés.
Incrementa los error cognitivos.
Lo que mejor hacemos las personas es interpretar toda la información de tal forma que reafirma nuestros pensamientos previos. Con tanta y tan contradictoria información, lo único que hace falta es seleccionar lo que confirma nuestras creencias.
Inhibe el pensamiento.
Las noticias están diseñadas para ser consumidas rápidamente, lo que nos convierte en pensadores superficiales.
Son como una droga.
Nuestras redes neuronales se refuerzan en lecturas rápidas, dejamos de tener concentración para absorber piezas de información más densas.
Son una pérdida de tiempo.
Simplemente dedicamos demasiado tiempo a esta actividad que realmente no aporta nada.
Nos convierte en pasivos.
Las noticias explican cosas sobre las que no tenemos influencia, día tras día, lo que nos incita a la pasividad, a una visión pesimista, sarcástica, fatalista.
Matan la creatividad.
Lo que ya conocemos limita nuestra creatividad.
No estoy de acuerdo con algunos puntos, pero si con otros. Y en todo caso es estimulante enfrentarte a ideas cuestionan algo que no te habías cuestionado.
Fruto del desarrollo de la razón yo puedo
escribir en este ordenador (desarrollo tecnológico, para lo bueno y para lo
malo).
El mundo esotérico, supuestamente, disfruta
de contactos con seres del Más Allá, de otras dimensiones, incluso de otros
planetas. Contactos con seres superiores que son desperdiciados de una forma
escandalosa, porque, que yo sepa, nada práctico ha salido de estos encuentros.
Los escépticos tendemos a ser sarcásticos con el mundo de los crédulos, pero este sarcasmo no funciona en dirección contraria. El terreno de nuestros oponentes dialécticos es más fértil para la chanza. Aunque alguna broma inocente pueden sacarse de vez en cuando los crédulos>
No sabemos sus nombres, pero es posible que hace miles de años genios del calibre de Einstein, Newton o Galileo fueran cruciales en el desarrollo de la agricultura, la ganadería o la astronomía.
Ser amigo de un reconocido contrabandista es algo que nos puede pasar a cualquiera. Tú eres un alto cargo en un gobierno autonómico, o estatal, y te invitan a pasar unos días en el yate del amigo de un amigo, y luego resulta que, coño, que haces buenas migas, que congenias, que te ríes con los mismos chistes. En fin, luego el contrabandista en cuestión acaba en la cárcel por drogas, a ti te eligen presidente... Vamos, que como decía, a cualquiera nos puede pasar. Con lo que sí hay que tener más cuidado es con las fotos que los periódicos puedan sacar cuando se descubra. Lo de dejarse esos pegotes de crema bronceadora en la espalda no es de recibo, que la posteridad tiene estas cosas.