domingo, 13 de octubre de 2013

1954, epidemia de fisuras en los parabrisas de Seattle

Los habitantes de Bellingham, Seatlle, empezaron a notar en marzo de 1954 que muchos de sus parabrisas tenían pequeñas e inexplicables fisuras.
La policía intervino y llegó a pensar que una banda de desalmados vándalos, armados con pistolas de balines, eran los culpables de tanto destrozo. El rumor se extendió por los pueblos vecinos, apareció en la prensa, y más y más denuncias fueron presentadas.
Lo de vándalos con pistolas de balines se quedó algo corto como explicación y diversas teorías, con mucho mas glamour, empezaron a circular:
- el nuevo transmisor que el ejercito había instalado cerca, que transmitía mensajes a los submarinos del Pacífico, era el causante;
- cosa de los rayos cósmicos, probablemente;
- los "mosquitos de la arena", propios de la zona, la habían tomado con los coches;
- un cambio en el campo magnético de la Tierra debía estar afectando a la estructura interna de los cristales;
- como no, tiene que ser algo sobrenatural, algo relacionado con los"gremlins".
¿El causante real? Las fisuras habían estado todo el tiempo ahí, pero hasta que los rumores y las noticias aparecieron la gente no se había fijado en ellas.
Simplemente, la imaginación y la alucinación colectiva adornaron la a veces sosa realidad.

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