Juan Carlos Monedero es un polítologo entusiasta, muy buen comunicador, pero parece que peca de dar por buenas ciertas historias que cuadran con su discurso, sin preocuparse demasiado de si estas historias son reales o no. Este experimento, por ejemplo ("creo que lo hizo Harlow", dice), nunca existió como tal. Se trata de una historia que otros autores han metido en sus libros desde los años 90, y ha ido pasando de boca en boca como una leyenda urbana.
De parcialidad no estamos libres ninguno de nosotros, pero el entusiasmo que tiene este politólogo por el Chavismo también peca de ver sólo las partes que encajan con su discurso idealista, de buenos y malos, de sí, vale, pero los otros más.
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