Nuestras mentes
son máquinas de realidad virtual. Esto es más fácil de entender si pensamos en lo
que sucede cuando soñamos. Podemos pasar frío, miedo, hambre, correr, volar,
nadar, bucear, y por muy extravagante, absurda o improbable sea la situación
que estamos viviendo, sentiremos que es real.
Pero nos despertamos, y creemos que el sueño ha acabado, que la realidad, la tosca, rígida y aguafiestas realidad se encarga de poner las cosas en su sitio. Sin embargo, todavía estamos viviendo una ilusión, la realidad sólo es un espejismo que puede ser moldeado, disfrutado, que se puede expandir, colorear, aderezar o enaltecer con el poder que nos proporciona el ingenio virtual de nuestras mentes.
Así como Neo comprende que pude manipular las leyes físicas virtuales de The Matrix, consiguiendo poderes sobrehumanos, nosotros podemos y debemos sacar partido al contexto que nos rodea manipulando sus aparentes limitaciones, que tienen más de ilusiones que de realidades.
Puede que no
podamos saltar de azotea en azotea, o volar como Superman, pero ciertamente
somos capaces de mucho más de lo que… pensamos.
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