viernes, 12 de septiembre de 2014

Based on a true story (o no)


  Soy un gran fan de Fargo, la película de los hermanos Cohen que me sorprendió a mediados de los 90. Se me ocurrió recomendársela a mis compañeros reclutas, allá en Melilla. Varios se salieron a mitad de película. Muchos me echaron en cara que vaya mxxda de película... Me sirvió para darme cuenta de que no todos los paladares están preparados para disfrutar de los más exquisitos manjares. Pero bueno, menuda película.

  El caso es que leo que han rodado una serie de televisión sobre Fargo. ¿Cómo? ¿A santo de qué? Me parece una tontería tratar de convertir aquella obra maestra en una serie, muestra de una falta de ideas preocupante, ganas de ordeñar dinero aprovechando éxitos pasados. Paso de la serie. 

  Meses después leo que ha ganado algún premio, que tiene el favor de la crítica. Me intriga, y me decido a darle una oportunidad. Pero empieza con algo sorprendente. Unas letras sobreimpresionadas dicen que la serie se basa en unos hechos acontecidos en Minesota en el 2006... ¿2006? Pero qué coño... Si la película de mediados de los 90 ya decía que estaba basada en hechos reales, no puede ser... Busco en Internet y ¡zas! resulta que los cabrones de los Cohen ya nos la pegaron entonces. La historia no era real, era un mejunje de crímenes. Y leo que los Cohen, que son productores de la serie, siguen bromeando con lo de "basado en una historia real", que con esa mágica frase se consigue dar un toque a la historia que no se puede conseguir de otra forma. Qué cabrones... Y el caso es que tienen razón, una historia sobre crímenes queda mucho mejor así... Manda huevos... Me la han pegado, pero al mismo tiempo me han conquistado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario