lunes, 13 de enero de 2020

El súper

A veces pienso en como se sentiría una persona de la antigüedad que, gracias a una maquina del tiempo, visitara nuestra época. Me imagino a Socrates sentado conmigo en el coche, aterrado, viendo como nos desplazamos a una velocidad endiablada a través de un camino infestado de otros “carros magicos”, algunos de los cuales vienen en sentido contrario. O un general romano admirado de los edificios de distintas alturas, o a Goya flipando con la fotografía, o a Leonardo embobado en el aeropuerto, viendo como despegan y aterrizan los aviones. O una persona normal, ni general, ni científico, ni pintor, entrando en un supermercado, repleto de alimentos, muchos de los cuales no habría visto en su vida: patatas, tomates,
Todos ellos pensarían que vivimos en un mundo increíble, con tanta abundancia que la felicidad y el buen rollo entre nosotros tenia que ser algo inevitable.

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