Estas Navidades nos pasamos por el Museo de Historia de Valencia. Una agradable sorpresa. Nunca había estado y nos pareció un sitio interesante y bien organizado.
Pudimos disfrutar de una exposición temporal sobre San Vicente Ferrer, explicada a un pequeño grupo de personas por uno de los comisarios, un tipo fantástico, historiador entusiasmado con su trabajo que logró transmitir su pasión a todos nosotros.
Lo que descubrí es una historia totalmente desconocida para mí, la de un personaje que podría describirse como una estrella del rock del siglo XV.
En una época en la que no había televisiones, cines o internet para entretenerse, este charlatán embaucador utilizó sus historias del fin del mundo (decía que estaba a punto de llegar) para convocar a las masas en una gira que le llevó durante años por muchas ciudades de Castilla, Aragón, Francia, Italia, Países Bajos… Las personas influyentes de muchas ciudades le pagaban para que viniera a montar su “espectáculo”, ya que las masas que congregaba eran beneficiosas para las economías locales.
Su erudición, don de lenguas, capacidad de hablarle al pueblo con un lenguaje claro, lleno de metáforas y ejemplos, le convirtieron en la mayor celebridad del momento. En ese contexto adjudicarle milagros era inevitable, y se le atribuyeron muchos y muy disparatados. ¡Incluso fue capaz de regenerar un niño que había sido descuartizado y guisado por su madre!
Todo un personaje, como se ve, y una oportunidad para entender otra época, para darnos cuenta de las diferencias y las similitudes con el mundo en el que vivimos.
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