Parte de mi infancia ha transcurrido en un Seat 127 repleto de hermanos camino de Albacete con sintonías de gasolinera como banda sonora. El glamour, como se ve, no fue conmigo (si Antonio Machado levantara la cabeza el limonero se le secaba) pero, que quieres que te diga, son recuerdos entrañables.
El caso es que ya entonces me llamaba la atención que esas rumbas que a veces se oían tenían un tema recurrente, los cuernos. Esta mañana, después de tantos años, me ha dado por hacer un repaso rápido a aquella impresión, buscando por Internet las letras de Los Chichos, y aquí está lo que he encontrado:
- Mujer Cruel
Sabias que me engañabas
y yo fingía no saber nada
salías con otro hombre
mientras yo no estaba en casa
pero una noche llegue
y tu no te lo esperabas
y yo os pille a los dos
haciendo el amor en mi cama
- No Puede ser
Ayer la vi que pasaba
con otro hombre del brazo
también vi que la besaba
pero yo seguí bailando
- Quiero ser libre
Que bueno he sido pa ti
y que mal te estas portando
(…)
Pero yo se que es mentira
porque tu la estas gozando
- Otro Camino
Yo intentaré buscar otro camino
y olvidar que ayer te tuve ente mis brazos
hoy no sé por qué te besan otros labios no lo quiero ver
- No sé por qué
No sé por qué no sé por qué
ni como vino ni como fué
algo me dijo que me engañaba
que con el payo me traicionaba
Todas estas canciones son de un solo disco, “Ni más ni menos” y puede que se me haya escapado alguna letra con síntomas cornudos, que la lectura de las letras no ha sido exhaustiva. Pero como se ve, mis reflexiones infantiles no iban desencaminadas.
Para otros posts dejo otras observaciones no menos interesantes: una nada graciosa acerca de la violencia machista, otra curiosa sobre el papel de los niños en las rupturas de las parejas y, por supuesto, la importancia de la virginidad/”honra” de las mujeres.
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