Algunos afirman que las construcciones de rascacielos suelen estar relacionadas con épocas de optimismo y crédito fácil, antesala de burbujas inmobiliarias, de tal forma que estos enormes edificios se terminan cuando el boom ya ha pasado, en plena recesión. Pasó con los rascacielos neoyorkinos, allá por los años 20 y 30 del pasado siglo, y los agoreros anuncian que va a pasar en China, donde les ha dado también por la fiebre del "quien la tiene más grande".
Estos cenizos avisan de que 2012 será el año de la caída de China, que teniendo en cuenta que están algo tiernos en esto del capitalismo, pues no sería de extrañar (míranos a nosotros los occidentales, que no hacemos más que caer en la misma piedra, desde los tulipanes holandeses a esta parte).
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