Auguste Comte, filosofo francés, dijo en 1835 que la ciencia nunca sería capaz de averiguar de qué están hechas las estrellas. Parecía una apuesta segura a esas alturas del siglo XIX, pero en pocas décadas los astrónomos empezaron a determinar la composición química del Sol y otras estrellas analizando el espectro de la luz que emiten.
Por listo...
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