No semos nadie… Nuestra insignificancia ante el Tiempo, la Historia, la Naturaleza es impepinable. Si uno duda, que observe fotografías como la siguiente, en la una intrascendente estrella, el sol, despliega toda su fuerza en una llamarada de millones de kilómetros.
Pero esta insignificancia no debe tomarse como una
invitación a la depresión, todo lo contrario, hay que verla como la lotería que
nos ha tocado con esta cosa de nacer y respirar, para dar por culo a cualquier
agobio que nos invada, para disfrutar los momentos que tenemos la suerte de
disfrutar.
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