La crisis del Corona Virus tendrá efectos en el largo plazo que van más allá de la crisis médica o económica a corto plazo. Y muchos de estos efectos serán positivos.
El más inmediato y obvio es el del tele-trabajo. Era más posible de lo que parecía y esta crisis le va a dar un impulso definitivo.
Como consecuencia de la expansión acelerada del tele-trabajo, la congestión y la contaminación de las ciudades disminuirá en el medio plazo.
A su vez, ¿qué tal un resurgimiento de las ciudades medianas y pequeñas? Si puedo teletrabajar, puedo hacerlo desde donde quiera. Los gobiernos, especialmente el de España, tiene que aprovechar esta inercia para desarrollar infraestructuras que permitan florecer las regiones menos desarrolladas: vías de transporte, colegios, hospitales. Repoblar la España vaciada aprovechando el impulso de un cambio de mentalidad en las personas y las empresas.
Otro efecto es más psicológico. Más allá de las imágenes de supermercados vaciados, que lo considero lógico, la gente se está comportando de forma muy cívica y solidaria. Estas crisis nos unen. Y por otra parte, nos debería invadir una sensación de vivir el momento, de dejarnos de tonterías, que la vida son cuatro días y mejor disfrutarlos. Es posible que esta crisis conlleve en el corto plazo un “buen rollo” que deberíamos aprovechar lo más posible.
Otro efecto es el de hablar más con las personas que tenemos al lado. Netflix y los móviles te acaban saturando, y al final tenemos que hablar más, jugar más, escuchar más a las personas con las que convivimos. En este caso se producirán dos efectos contrapuestos: algunas parejas se acabarán divorciando, porque se darán cuenta de que no tienen nada en común con la persona con la que convivían (unido al efecto “vivir el momento” que describía antes). En toros casos, que creo que serán los más, esta crisis reforzará sus relaciones. Ambas situaciones, a la larga, son positivas.
Seguiremos desarrollando posibles consecuencias en futuros posts.
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