miércoles, 15 de abril de 2020

Cloroformo para tontos

Dar a luz a un bebé es un acto increíble e increíblemente sádico. 
“Parirás con dolor” dice en algún lugar de la Biblia, uno de esos pasajes en los que se vincula una realidad aparentemente inamovible con la decisión impuesta por ese Creador supuestamente bondadoso, pero que le debió pillar un día tonto cuando impuso esa cruel condena a las mujeres.
Pero resulta que la cosa de la Ciencia nos viene durante el siglo XIX con adelantos varios, alguno de ellos permite reducir los niveles de dolor durante el parto. La reina Victoria de Inglaterra, sin ir más lejos tuvo sus dos últimos hijos (de nueve que tuvo) bajos los efectos del cloroformo.
A pesar de ser la mismísima reina, hubo quien se escandalizó por este sacrilegio, que contradecía directamente el dichoso pasaje de la Biblia. Es más, según alguno hasta se podía dar el caso de que las mujeres que estaban de parto bajo los efectos del cloroformo pudieran seducir a los médicos presentes, que se ponían muy tontorronas con el liquidito en cuestión…
Ya se ve que gente tonta, pero que muy tonta, ha existido siempre. 
Y lo que nos queda.

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