A finales del siglo XVIII un inventor húngaro construyó un autómata que jugaba y ganaba al ajedrez, El Turco. Lo hizo para impresionar a la emperatriz de Austria y su invento pasó por varias manos durante los siguientes 80 años hasta que fue destruido por un incendio.
Era un truco, el supuesto robot (todavía no se había inventado la palabra) era en realidad un mecanismo que escondía una persona dentro, que era la que realmente movía las piezas.
El Turco representa como algo que tiene apariencia de sofisticado oculta una realidad más tosca. Y esto es lo que nos está pasando a todos con la inteligencia artificial. Pensamos que ya está aquí para solucionar nuestras vidas. Y puede que lo haga algún día, pero creo que todavía no.
Tuvieron que pasar otros 200 años antes de que una computadora venciera al ajedrez al mejor de los humanos, Deep Blue venciendo a Gary Kasparov en 1997. Así que sí, la tecnología llegará a vencernos. Pero todavía queda le queda algo de recorrido a la inteligencia artificial para superarnos en otras cosas.
Disfrutemos del poco tiempo que nos queda.
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