En Lopburi, Tailandia, los monos se están cabreando. Eran parte del atractivo turístico: visitabas unos templos y le dabas de comer a los simpáticos monitos que campaban libremente por los alrededores.
Pero ya no hay turistas, y los monitos, que basaban su dieta en las chucherías que los visitantes les daban, tiene hambre, mucha hambre. Así que encontrarte a una de estas bandas de monos por las calles es peligroso. Como te descuides te pegan un bocado y se te llevan una oreja.
Cosas de los efectos colaterales del Covid-19, que te sale por donde menos te lo esperas.
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