Más de 90 años después, en 2012, unos arqueólogos encuentran el cuerpo momificado de un soldado español. Entre las pertenencias, una carta de despedida a su novia. Era consciente de que la situación era desesperada y tenía pocas posibilidades de salir con vida:
"...Mi dulce María, nunca pensé escribir esta carta, pero lo preocupante de la situación me lleva a ello. Llevamos días atrincherados y defendiendo Monte Arruit, apenas tenemos agua y comida. Los moros nos cercan y nos hacen fuego, cada día tenemos nuevas bajas, ya sea por causa enemiga o por efecto del calor, y no tenemos medicamentos ni medios de asistencia sanitaria..."
Los arqueólogos buscaron a María, pero había muerto en 1987. Según su nieto, aunque se casó unos años después con el que sería su abuelo, nunca olvidó a su primer novio, acudía regularmente al puerto de Málaga con la esperanza de que algún barco se lo devolviera y fue enterrada con la foto que conservaba de él.