Las librerías tienen secciones enteras de libros de auto-ayuda, lo que implica que hay una necesidad clara en la sociedad y en las personas de buscar respuestas.
Una necesidad que siempre ha estado ahí, la Religión se ha ocupado de ello. De esta forma podemos entender a "La Biblia" como el libro de auto-ayuda más vendido de todos los tiempos.
jueves, 2 de enero de 2020
miércoles, 1 de enero de 2020
Histeria Coletiva
Estamos en Francia en 1870. Los ánimos están agitados por la guerra que está aconteciendo con Prusia.
El alcalde de un pueblo vecino, Alain de Manéys, conocido por todos por su generosidad, acude a la feria del pueblo cercano, Houtefaye. El pueblo solo tiene 45 personas, pero debido a la feria en el pueblo hay unas 700 personas.
En el periódico sale la foto de un espía, Alain de Monéys es confundido en Houtefaye con un espía republicano de Prusia. Alain es insultado, vejado, torturado. El párroco trata de disuadirles, les convoca a la iglesia para tomar algo de vino. Poco después la masa ata a Alain de Monéys en un palo, le queman vivo y, según dicen, se lo comen.
Adultos y niños participaron en la barbarie. Hubo personas que le acuchillaron que incluso minutos antes habían estado hablando tranquilamente con Alain de Monéys. Al día siguiente no recordaban nada y no podían creer lo que habían hecho.
El escritor Jean Teulé autor del libro “Los caníbales” sobre los sucesos del pueblo de Hautefaye en 1870, tiene una hipótesis: en la zona del Perigord en aquel entonces se tomaba un vino fabricados con uvas Noa o Noah (prohibido en Francia desde 1935). Las cepas de uvas se infectaron de filoxera,lo que las convirtió en una especie de cocaina líquida. El vino, la guerra y el odio al supuesto espía republicano fueron la chispa de este macabro crimen.
El alcalde de un pueblo vecino, Alain de Manéys, conocido por todos por su generosidad, acude a la feria del pueblo cercano, Houtefaye. El pueblo solo tiene 45 personas, pero debido a la feria en el pueblo hay unas 700 personas.
En el periódico sale la foto de un espía, Alain de Monéys es confundido en Houtefaye con un espía republicano de Prusia. Alain es insultado, vejado, torturado. El párroco trata de disuadirles, les convoca a la iglesia para tomar algo de vino. Poco después la masa ata a Alain de Monéys en un palo, le queman vivo y, según dicen, se lo comen.
Adultos y niños participaron en la barbarie. Hubo personas que le acuchillaron que incluso minutos antes habían estado hablando tranquilamente con Alain de Monéys. Al día siguiente no recordaban nada y no podían creer lo que habían hecho.
El escritor Jean Teulé autor del libro “Los caníbales” sobre los sucesos del pueblo de Hautefaye en 1870, tiene una hipótesis: en la zona del Perigord en aquel entonces se tomaba un vino fabricados con uvas Noa o Noah (prohibido en Francia desde 1935). Las cepas de uvas se infectaron de filoxera,lo que las convirtió en una especie de cocaina líquida. El vino, la guerra y el odio al supuesto espía republicano fueron la chispa de este macabro crimen.
domingo, 17 de diciembre de 2017
Inmortalidad
Apenas recuerdo mi
vida mortal. Nací hace millones de años, no recuerdo cuantas veces,
no sabría decir cuál de esas vidas fue la primera. O, mejor dicho,
me da pereza calcularlo con precisión. Digamos que fue a finales del
siglo XXI, alrededor de la década de los 70. Fui hombre, mujer,
niño, anciano, huraño, generoso, feliz e infeliz... Fui todo lo que
los seres humanos que forman el origen de mi existencia fueron, con
sus virtudes, sus defectos, sus pasiones, sus anhelos, parte de esa
minoría de la humanidad que disfrutaba del 95% de la riqueza del
planeta Tierra, aquellos que pudieron permitirse la tecnología que
abrió las puertas a la inmortalidad, externalizando mentes primero
de unos cuerpos a otros, más tarde a unos híbridos hombre-máquina,
para pasar finalmente a una difusa nube en la que todas las vidas,
todas las mentes, acabaron por amalgamarse en una sola, una única
existencia que sobrevivió a todas las vidas mortales, infinita,
omnipresente, ese Dios en el que me he convertido.
Millones de años
después sigo recorriendo el Universo, descubriendo mundos,
explorando sistemas, creando vida en planetas cuyos seres
evolucionarán, se preguntarán de dónde vienen, desarrollarán la
tecnología que les acercará a lo que me he convertido, se fundirán
con mi existencia para seguir con un ciclo infinito y absurdo, un
impulso, el castigo del instinto de supervivencia.
viernes, 14 de julio de 2017
800 idiomas en Papua Nueva Guinea
En Papúa Nueva
Guinea viven unos 7 millones de personas en una extensión un poco menor a la de
España, y es el país con más idiomas del mundo: más de 800 (con una media de
7.000 habitantes por lengua, muchos tienen apenas unas decenas).
La mayor parte de
la población es de origen “Papú”, descendientes de los primeros seres humanos
que poblaron aquellas latitudes hace más de 40.000 años. El resto de población indígena
son unos recién llegados como quien dice, los “Austronesios” que llegaron hace “sólo”
4.000 años.
Las razones de
esta diversidad:
- Tiempo – Hace mucho tiempo que los seres humanos llegaron por allí, probablemente mucho antes de que llegaran a Europa, por ejemplo.
- Orografía – Montañas, acantilados, islas, selvas… Esta isla lo tiene todo, hasta tribus que no tienen contacto con el exterior.
- La falta de un estado que haya unido la isla hasta hace poco.
miércoles, 22 de marzo de 2017
Camisetas solares y perros-dinamo para pasear por el parque que cagan voltios
Elon Musk, el millonario visionario que quiere enviar a los seres humanos a Marte, anunció el año pasado un nuevo tipo de paneles solares que podrían revolucionar este mercado.
La idea es bastante simple, pero podría ser efectiva. En lugar de poner paneles solares encima de tu tejado, el tejado es en sí mismo un panel solar. Si la tecnología avanza en esta dirección, por qué no, todas las superficies que nos rodean podrían tener la capacidad de capturar y almacenar energía solar: desde las paredes de los edificios hasta las aceras y las calzadas, desde atractivas esculturas distribuidas estratégicamente por las ciudades hasta las camisetas que nos ponemos. Incluso el perro que paseamos por el parque podría tener una dinamo que captura electricidad para ver la tele luego en casa.Ya puestos, el zurullo que recogemos en la bolsita podría ser aprovechado por un artilugio para convertirlo en un puñado de voltios.
domingo, 5 de marzo de 2017
Filtros
No hago muchas fotos, debería hacer más, creo.
Esto es algo relativo, claro, todos nosotros hacemos muchísimas más fotos que antes debido a que nuestros teléfonos están equipados con unas cámaras bastante sofisticadas que nos permiten improvisar y captar cualquier momento: el plato que estamos comiendo con unos amigos, unas hojas en el suelo, unas sombras, o los consabidos selfies.
Todo esto es nuevo, es consecuencia de la tecnología que tenemos ahora en nuestras manos. Antes no se nos hubiera ocurrido hacerle una foto a la Mahou a medio beber que tenemos encima de la mesa, porque entre el carrete y el revelado te costaba un ojo de la cara, además que con todas las semanas entre hacer la instatanea, el momento de ir a la tienda a entregar el carrete y el tiempo que tardaban en darte las fotos se te hubiera olvidado que le hiciste una foto a una botella.
Pero vamos, que todo esto me parece muy bien. Cuantas más fotos mejor, aunque sean bastante tontas. O cuanto más tontas, casi mejor. Porque nos ayudan a recordar hasta los momentos más triviales.
Repasar fotos de hace años es algo cojonudo, lo normal, a no ser que hagan referencia un acontecimiento especialmente negativo, es que te ayuden rememorar todo lo positivo de aquel momento, como si todo hubiera sido fantástico, saltándose todo lo soso, lo monótono, a pesar de que la realidad en su momento hubiera sido un 80% de aburrimiento. Es como si las fotos fueran capaces de producir un concentrado de vivencias, un chupito de sensaciones, un latigazo de emociones.
Y ya si le pones un filtro, de esos que Instagram ha hecho famosos, ya es la repera. La foto puede que sea de hace dos horas, pero una capa de tonos amarillentos, como replicando los colores cutres de las fotos de los años setenta, le da un tono épico que te hace olvidar que te has pasado la mañana aburrido como una ostra esperando en el ambulatorio, que te da tal subidón que te crees Robert Capa haciendo fotos a milicianos en la Batalla de Teruel. Y encima la publicas y tu "foto a una farola", que así es como la has titulado, recibe los likes de docenas de tus amigos, que se ve que tenían tiempo de mirar las fotos que los amigos van haciendo por ahí a las farolas.
Pero, repito, sarcasmos aparte, todo esto me parece cojonudo. La vida pasa muy deprisa, demasiado, y nuestra memoria es una autentica porquería. Se nos olvidan muchas cosas, pero muchas. Y la vida no es un "continum" de vivencias, es más bien una serie "discreta" de acontecimientos (entiéndanse el ángulo matemático de estos términos). Saltamos de acontecimiento "A" a acontecimiento "B" sin recordar muy bien como coño pasamos de "A" a "B". Así es como funciona nuestra memoria, por lo menos la mía. Y cuantas más fotos, mas acontecimientos para rememorar, y más sensaciones positivas que disfrutar. Así que, conciudadanos, hagamos fotos sin ton ni son, a las farolas, a las botellas de cerveza, a las palomas, a los amigos, a la familia, a las nubes, a los árboles, a la taza del water si hace falta, y publiquémoslas, lancemos a los cuatro vientos que estamos tomando un pincho con unos amigos en el bar de la esquina, que le has hecho una foto a la sombra que la papelera de al lado de casa de tu madre está formando sobre el irregular empedrado de la acera, gracias a la inestimable colaboración del retraso del ayuntamiento de turno en repararlo, captemos todos esos momentos que de otra manera acabarían desapercibidos, ignorados, borrados de la existencia.
Fotografiad, fotografiad, Malditos!
viernes, 10 de febrero de 2017
Tal como éramos
Las exigencias del ser humano primitivo eran distintas a las nuestras.
En lugar de
agobiarse por la falta de cobertura en el móvil se angustiaban por el tigre que
merodeaba los alrededores y que le había marcado como objetivo para el
almuerzo; no acudían refunfuñando al trabajo, maldiciendo su mala suerte por el
jefe que les había tocado, sino que mostraban su estupefacción ante la aparente
arbitrariedad de los Dioses a la hora de terminar con la vida de los niños de
la tribu; no necesitaban de una aparatosa infraestructura tecnológica para ser
entretenidos, sino que se juntaban alrededor de una hoguera para contarse
historias.
Y lo curioso es
que es posible que las emociones que sentían ellos y las que sentimos nosotros sean las mismas, con intensidades parecidas, a pesar de que el estímulo externo
que las provoca tenga consecuencias diferentes (“Batería del móvil está a punto
de acabarse” vs “Serpiente Pitón a punto de engullirme”, por ejemplo).
domingo, 5 de febrero de 2017
Miradas desde el futuro
Defender la esclavitud por el impacto económico que supondría liberar a los esclavos, un punto de vista que podría defender un latifundista del sur de Estados Unidos a mediados del siglo XIX, nos parece una barbaridad, visto desde nuestro bien entrado siglo XXI. Por encima del impacto económico que puede sufrir parte de la población está el respeto a los derechos humanos.
domingo, 4 de septiembre de 2016
Sugar Man: Universos Paralelos
Había leído algo sobre este documental, Searching for Sugar Man, pero hasta ayer no lo había visto:
(Advertencia: Spoiler! Si quieres ver el documental, y lo recomiendo, no sigas leyendo...)
Un cantautor latino, de nombre Sixto Rodriguez, publica un par de discos a principios de los 70 en Estados Unidos, pero fracasan comercialmente y nada más se vuelve a saber de él.
De alguna forma estos discos llegan a la aislada Sudáfrica del Apartheid de los 70 y 80 y se convierten en un éxito a la altura de Los Beatles o Elvis. Pero nadie sabe nada de Rodriguez, sólo rumores, rumores que coinciden en que se suicidó a principios de los 70 durante un concierto, unos dicen que pegándose un tiro en la cabeza, otros quemándose vivo frente a su público.
Sin embargo, Sixto Rodriguez sigue vivo. Tras intentar publicar su tercer disco, que no llega a ver la luz, deja la música y vuelve a una vida normal, como un trabajador anómimo de la construcción. No tiene ni idea de su éxito en Sudáfrica, el dinero no le llega porque, presumiblemente, el antiguo propietario de su discográfica se lo está embolsando.
A medidados de los 90, coincidiendo con la republicación de uno de sus discos, un par de fans de Rodriguez quieren saber más de él. Siguen la pista del dinero y, tras algún tiempo, descubren que... está vivo! Entusiasmados, contactan con él y lo traen a Sudáfrica, donde es recibido como una estrella y ofrece una serie de conciertos.
Una historia increible, que probablemente no va a suceder otra vez en este planeta interconectado en el que vivimos, que es fruto de las particularidades de un mundo aislado como fué el Apartheid de Sudáfrica.
Una historia que deja un poso a mitad camino entre la esperanza y la frustración. Es una demostración de que todos somos la consecuencia de las decisiones que hemos tomado, de las que han tomado otros, de las fuerzas que nos han empujado, de las casualidades, de los vientos, de la inercia. Somos lo que somos, pero otro Yo podría haber exisitido si el camino hubiera sido otro.
Otro Yo, mejor, peor, igual, diferente.
Otro Yo podría haber existido. Otro Yo todavía puede existir.
Antes de que sea demasiado tarde.
miércoles, 1 de junio de 2016
El fin del trabajo
Hay muchos millones de
parados en España, demasiados. Los diferentes partidos políticos, en su supina
ineptitud, no son capaces de ofrecer una solución clara aunque, la verdad,
incompetencias aparte, el problema no tiene fácil solución. Y no la tiene
porque la raíz del problema es estructural y va más allá de lo que un país de
medio pelo puede abarcar.
Es la Tecnología, estúpido! podríamos decir cuasi parafraseando a Bill Clinton. El trabajo, tal y como lo conocemos, se nos está acabando. El poder de computación, en los albores de la mecánica cuántica, sigue creciendo de forma exponencial, el desarrollo de algoritmos de Machine Learning está haciendo posible automatizar y hacer más efectivos procesos que hasta ahora requerían de seres humanos; la fuerza irreversible de la globalización sigue empujando hacia la total evaporación de cualquier actividad industrial que todavía somos capaces de mantener... Se nos está quedando un país de sol y playa, de bares, de peluquerías, de construcción y de puticlubs. Casi todas profesiones muy nobles, pero no suficientes para mantener una sociedad que aspire a cierto nivel de bienestar.
Nos dirigimos hacia una encrucijada de diferentes escenarios sociales y económicos. Podemos acabar haciendo realidad esas distopías del que algunas obras de ciencia-ficción nos han advertido, como Código 46, Elysium o el mismísmo HG Wells con su "Máquina del Tiempo"; o podríamos elegir un modelo en el que las máquinas hacen la mayor parte del trabajo, el poco que nos queda lo repartimos entre todos y una especie de Estado del Bienestar Global asegura que todas las personas, iguales en derechos y obligaciones, participen de forma justa en una sociedad planetaria.
Qué ingenuo suena, verdad? Pues imagínate cuál va a ser el camino que acabaremos tomando si no empezamos a imaginar desde ya cómo podemos hacerlo realidad.
Es la Tecnología, estúpido! podríamos decir cuasi parafraseando a Bill Clinton. El trabajo, tal y como lo conocemos, se nos está acabando. El poder de computación, en los albores de la mecánica cuántica, sigue creciendo de forma exponencial, el desarrollo de algoritmos de Machine Learning está haciendo posible automatizar y hacer más efectivos procesos que hasta ahora requerían de seres humanos; la fuerza irreversible de la globalización sigue empujando hacia la total evaporación de cualquier actividad industrial que todavía somos capaces de mantener... Se nos está quedando un país de sol y playa, de bares, de peluquerías, de construcción y de puticlubs. Casi todas profesiones muy nobles, pero no suficientes para mantener una sociedad que aspire a cierto nivel de bienestar.
Nos dirigimos hacia una encrucijada de diferentes escenarios sociales y económicos. Podemos acabar haciendo realidad esas distopías del que algunas obras de ciencia-ficción nos han advertido, como Código 46, Elysium o el mismísmo HG Wells con su "Máquina del Tiempo"; o podríamos elegir un modelo en el que las máquinas hacen la mayor parte del trabajo, el poco que nos queda lo repartimos entre todos y una especie de Estado del Bienestar Global asegura que todas las personas, iguales en derechos y obligaciones, participen de forma justa en una sociedad planetaria.
Qué ingenuo suena, verdad? Pues imagínate cuál va a ser el camino que acabaremos tomando si no empezamos a imaginar desde ya cómo podemos hacerlo realidad.
jueves, 24 de marzo de 2016
Escenas Memorables: Mi nombre es Iñigo Montoya...
"Mi nombre es Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir"
Toda una vida esperando este momento, el gran Iñigo Montoya (Mandy Patinkin, el Saul Berenson de Homeland, que inició su carrera cantando en musicales de Brodway) por fin logra vengar a su padre en una de las mejores escenas de la memorable Princesa Prometida.
Toda una vida esperando este momento, el gran Iñigo Montoya (Mandy Patinkin, el Saul Berenson de Homeland, que inició su carrera cantando en musicales de Brodway) por fin logra vengar a su padre en una de las mejores escenas de la memorable Princesa Prometida.
domingo, 24 de enero de 2016
Muertes al día en el mundo
Unas 150.000 muertes al día en todo el planeta, 100.000 de ellas por causas relacionadas con la edad. Pero cuando la estadística se centra en los países desarrollados, la proporción alcanza el 90%.
El 58% de las muertes están relacionadas con la malnutrición.
El 58% de las muertes están relacionadas con la malnutrición.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Think 10X
Diez veces mejor. Ésta es la mentalidad que Larry Page, co-fundador y CEO de Google, ha implantado en su empresa para el desarrollo de sus productos.
"Mejoras incrementales es una garantía para quedarte obsoleto, especialmente en el mundo de la tecnología, donde sabes que en algún momento una mejora no incremental va a saltar".
"Mejoras incrementales es una garantía para quedarte obsoleto, especialmente en el mundo de la tecnología, donde sabes que en algún momento una mejora no incremental va a saltar".
sábado, 4 de abril de 2015
Fotocopias de tu mente
En el último episodio de la brillante serie británica "Black Mirror", se nos presenta un futuro en el que es posible generar copias conscientes de nuestras mentes y almacenarlas digitalmente. Un desasosegante indicio de lo escurridizo que es el concepto de vida y consciencia.
martes, 31 de marzo de 2015
lunes, 30 de marzo de 2015
Escenas Memorables: Pedid perdón a mi mula
Chulo de barrio con pistolas, arregla entuertos a balazos, como aquel en el que pide a unos forajidos que le pidan perdon a su mula, que la pobre no tiene sentido del humor.
lunes, 23 de marzo de 2015
Primeras Líneas - La Isla del Tesoro
"El caballero Trelawney, el doctor Livesey y los demás gentilhombres me han pedido que relate los pormenores de lo que aconteció en la Isla del Tesoro, del principio a fin y sin omitir nada excepto la posción de la isla, y ello por la sencilla razón de que parte del tesoro sigue enterrado allí; cojo, pues, la pluma en el año de gracia de 17... y me remonto a la época en que mi padre regentaba la posada del Alirante Benbow, y el viejo lobo de mar con la cara tostada y marcada con un chirlo de sable vino a hospedarse bajo nuestro techo".
sábado, 21 de marzo de 2015
Primeras Líneas - Homenaje a Cataluña
"En los Cuarteles Lenin de Barcelona, el día antes de ingresar en la milicia, vi a un miliciano italiano de pie frente a la mesa de los oficiales".
jueves, 19 de marzo de 2015
Primeras Líneas - El guardian entre el centeno
"Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso".
martes, 17 de marzo de 2015
Saber lo que piensas
"¿Cómo voy a saber lo que pienso sobre algo si aún no lo he dicho?"
E.M. Forster, el autor de Pasaje a la India.
E.M. Forster, el autor de Pasaje a la India.
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