El fin de la Edad Media es la consecuencia de varios factores: la invención de la Imprenta, que favoreció la propagación de las ideas, el desarrollo de la navegación y sus consecuentes descubrimientos…
El factor al que no había prestado atención es el desarrollo de la pólvora. Las guerras siempre habían sido mirándose a los ojos. Sí, habían flechas y catapultas, pero las batallas se ganaban o se perdían a espadazo limpio, o base de hachazos, o de pegarse mamporros con palos con puntas de hierro. Cara a cara.
La pólvora cambió el como se libraban las batallas. Al principio era muy rudimentario, poco efectivo y hasta peligroso para el que lo utilizaba. Pero las tecnología se fue desarrollando hasta que, supongo que ya por el siglo XVIII las batallas se ganaban a base de tiros.
Viendo hoy una película-documental, Ottoman, sobre la caída de la ciudad de Constantinopla, escuché como uno de los historiadores que comentaban la batalla decía que ésta fue la primera vez que una ciudad importante caía a base de cañonazos. Hasta entonces un buen sistema de muros te aseguraba resistir lo inaudito, pero con los cañones esto se acabó.
Más allá del lado militar, el impacto de la caída en desgracia de los muros fue sin duda significativo. Implicaba la perdida de importancia de las ciudades como centro de poder, como unidades autónomas que podían revelarse y resistir a un poder centralizado.
No debe ser casualidad que la caída en importancia de los muros coincide con el surgimiento de los Reinos y Estados, tal y como los entendemos hoy en día.
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