No está claro porqué Schrödinger eligió a un gato para su famoso y sádico experimento mental. Pudo elegir un perro, un conejo, un oso o, por qué no, incluso una persona.
Aunque hay que recordar que el católico Schrödinger propuso este experimento como una forma de mostrar lo absurdo de algunas de las interpretaciones de la física cuántica, esa dualidad estoy vivo/estoy muerto hubiera sido un tanto incómoda si hubiera elegido a una persona en lugar de a un animal. A las dudas cuánticas habría que haberle añadido las teológicas. ¿Cómo puede un ser humano estar vivo y muerto ala vez? ¿Qué pasa con su alma? Menudo lío…
Con un animal no hay problema, ya que para la Iglesia Católica “el alma de los animales no es como la de los seres humanos, porque no tiene una tendencia la vida espiritual, de reconocimiento personal De Dios”. Es algo así como un alma de segunda categoría, con menos prestaciones, ideal para ser manipulada en sesudos experimentos mentales.
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