Jane
Evans es un ama de casa galesa de 32 años que se interesa por el
hipnotismo como medio para curar su artritis. El hipnoterapista es
Arnall Bloxham, un experto en este tipo de tratamientos que además
de tratar enfermedades reumáticas, es capaz de llevar a las
personas, mediante hipnosis, no solo al momento de su nacimiento sino
más allá, a vidas pasadas.
Livonia,
una mujer que vivió en la época romana en York;
Rebecca,
una
judía que vivió en los tiempos en los que éstos fueron
perseguidos en la Inglaterra del siglo XII (en
York);
Alison,
una sirviente egipcia de un burgués francés de la Edad Media;
Anna,
una sirvienta de Catalina de Aragón;
Ann
Tasker, una costurera en el Londres de principios del XVIII;
y
la Hermana Grace, una monja católica que vivió a principios del
siglo XX en Iowa, Estados Unidos.
Según
Bloxham, investigó los detalles proporcionados por estas
regresiones y su conclusión fue que eran genuinos, no podían ser
fantasías. Y varios libros y documentales fueron publicados para
communicar al gran público todas estas certezas.
Creer
en lo que quieres creer es fácil. Y estas historias de
reencarnaciones son tan, tan convenientes, tan razonables, tan
oportunas. Cuadran el círculo de una vida que no tiene sentido si la
ves desde la óptica cruel de jugártelo todo a una carta. Con una
interminable sucesión de vidas los hijos de puta que hay por el
mundo acaban pagando, reencarnándose en algún tipo de ser inferior;
y los buenazos somos compensados con un upgrade más adelante. No en
esta vida, claro, sino en otras futuras. Cosas del karma. En esta
vida nos tendremos que apretar los machos y comernos la mierda que
nos echen.
Y es
que, al final, la reencarnación, más allá de lo poética que puede
parecer la idea en un primer momento, es un meme que invita entre
lineas a la pasividad, al amuermamiento, a la dejación, a la
indiferencia.
Volviendo
al caso del señor Bloxham y su aventajada paciente, Jane Evans, su
caso no solo fue analizado por investigadores con querencia por el
sentido existencial. Mervin Harris investigó este caso desde el
punto de vista de la “criptomesia”, que viene a decir que ciertos
actividades mentales, como recuerdos o brotes de creatividad con
aparente origen paranormal, no son más que recuerdos inconscientes
de un material memorizado tiempo atrás. Sus descubrimientos más
interesantes son:
Lavonia,
la mujer romana, podría estar basada en la novela de 1947, “The
Living Wood”. Personajes inventados por el novelista aparecen en
las memorias de Jane Evans.
La vida de Rebecca,
la mujer judia, podría estar basada en una emisión radiofónica
sobre los hechos del siglo XII.
Alison,
la sirvienta del burgués frances, es un personaje de la novela The
Moneyman, basada en la vida real de Jacques Coeur. Jane Evans
describe a Jacques como un hombre soltero, tal y como es descrito en
la novela, a pesar de que en la vida real estuvo casado y tuvo 5
hijos.
Otras
sospecha de mi cosecha es siempre se reencarnó en mujeres, y de su
mismo país o alredores. La reencarnación debe tener su inextricable
lógica a la hora de asignar vidas, a saber el algoritmo que rige el
reparto, pero con la mayor parte de la población del planeta en
otras partes del globo, ya es casualidad que no se reencarnara en
nadie de un país musulmán, del sudeste asiático, azteca o de la
polinesia. Recordar detalles de culturas realmente diferentes le
habría dado cierto glamour al caso.
La
conclusión no es que Jean Evans estuviera mintiendo acerca de sus
vidas pasadas. Seguramente esta mujer mezcló
recuerdos, emociones, una innegable creatividad y manipulaciones
hipnóticas para producir el espejismo de la reencarnación.
¿Cuál
de las dos opciones creer?
Yo
lo tengo claro, pero las personas que quieran creer en la
reencarnación, a pesar de la evidente fragilidad de sus fundamentos,
pues también.
Y
respecto a los orígenes “literarios” de este tipo de sucesos, no
es tan raro como pudiera parecer. Los avistamientos OVNIS tiene su
origen en las
revistas “Pulp” del primer tercio del siglo XX.