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martes, 3 de noviembre de 2020

Memorias remotas

Soñar que caes al vacío es algo común, mucha gente lo ha experimentado. Las interpretaciones suelen estar relacionadas con la falta de control, con el estrés...

Pero estoy leyendo "Por qué me comí a mi padre", una novela sobre la vida de unos hombres-mono, una excusa humorística para explicar la evolución de los seres humanos. En esta novela se describe como es mucho mejor dormir en el suelo que dormir en la rama de un árbol. Cuando duermes en un árbol no es raro caerse de vez en cuando.

¿Y si el sueño de caer estuviera relacionado con una memoria ancestral, con la experiencia de dormir en los árboles durante centenares de miles, millones de años, con una experiencia tan traumática que quedó imbuida en nuestro ADN, en nuestros circuitos neuronales, una reminiscencia de nuestro pasado? 

jueves, 22 de octubre de 2020

Atajos mentales

En el libro de la escritora tura Elif Shafak, "10 minutos y 30 segundos en este extraño mundo" hay una escena de un niño de unos meses al que rodean de objetos con el fin de que escoja uno. Cada uno de esos objetos representa una profesión: abogado, militar, sacerdote... El que elija determinará lo que ese niño será cuando sea mayor.

Elif Shafak es turca, aunque vivió en diferentes países, la mayor parte de su infancia la pasó en Estambul, y su escritura hace referencia a experiencias que parecen muy personales, que ha vivido de cerca.

Escenas como esta muestran el pensamiento mágico, más evidente en sociedades en las que la religión es más predominante. Pero este pensamiento mágico todavía impregna todo tipo de sociedades, incluida la nuestra, es la razón por la que las conspiraciones o el populismo se extiende. El buscar explicaciones sencillas que puedan dar sentido y control a la realidad está incrustado en nuestro ADN.


domingo, 18 de octubre de 2020

Mente y cerebro

 "La mente es lo que el cerebro hace".

Esto lo que la mayoría de neurocientíficos dicen, los llamados "materialistas", porque vinculan la mente a la realidad física del cerebro.

Pero hay otros prestigiosos neurocientíficos que dicen lo contrario, que la mente es algo que puede separarse del cerebro. Para ello ofrecen como pruebas los resultados de estudios científicos que demuestran que operaciones complejas como el cálculo matemático no pueden ser localizados en una parte concreta del cerebro o que las personas a las que se les extirpa una parte del cerebro para evitar ataques epilépticos todavía tienen "consciencia", todavía "son ellos".

Yo estoy del lado de los materialistas, supongo que por coherencia con el resto de mi pensamiento. No estoy de acuerdo con las posturas de los no materialistas, pero seguiremos investigando.


martes, 13 de octubre de 2020

Atacar en los tiempos de las ametralladoras

Los generales de la primera guerra mundial utilizaron planteamientos decimonónicos para una realidad de metralletas, tanques y cañones de gran calibre. Lanzar oleadas y oleadas de soldados contra puestos perfectamente defendidos resultó en una carnicería, millones de soldados muertos, una guerra que sólo acabó por agotamiento de los contendientes.

Este tipo de desfase, entre una realidad que se transforma y los anticuados planteamientos de los que toman decisiones, ha sucedido multitud de veces a lo largo de la historia, y sigue sucediéndose, a un ritmo mayor hoy en día debido a la aceleración de las transformaciones tecnológicas. Un desfase que existe no sólo en el ámbito militar, sino que existe en todo tipo de ámbitos: en las empresas, en la política, en la educación...

En el caso de las empresas, estoy viendo transformaciones que me pillan de cerca y veo como los ejecutivos, formados en la realidad de hace veinte o treinta años, toman decisiones siguiendo "modas", se dejan llevar por el rumor de lo que otras empresas han hecho, sin darse cuenta de que llegan tarde a esas "modas", que para cuando se han decidido por una de esas decisiones han surgido otros planteamientos que encajan mejor con la realidad. Y mientras, dejan el el camino repleto de víctimas, los empleados de estas empresas.

sábado, 10 de octubre de 2020

Ver en blanco y negro no ayuda a distinguir las gilipolleces

De pequeño escuché una vez que los toros veían en blanco y negro. No es cierto, los toros, como muchos otros mamíferos, son dicrómatas, tienen dos receptores diferentes del color en sus ojos, así que más que ver en blanco y negro son algo así como daltónicos.

Los seres humanos somos tricrómatas, tenemos tres receptores diferentes en los ojos, y distinguimos un abanico de colores más amplio que los toros. Pero muchas veces nos comportamos, mentalmente, como monocrómatas, como si fuéramos solo capaces de distinguir un color, un grupo de ideas.

Para entender la realidad necesitamos diferentes tipos de receptores mentales, que nos ayuden a distinguir la variedad del mundo que hay ahí fuera: un receptor para las relaciones humanas, uno para las desigualdades, otro para percibir el arte, otro para apreciar el silencio, uno, muy importante, para distinguir las ineptitudes y las gilipolleces...

jueves, 8 de octubre de 2020

¿Demasiado tarde para aprender algo nuevo?

¿Es demasiado tarde para aprender Python? A mis casi 48 años estoy tratando de aprender a programar en este lenguaje con el fin de actualizarme y desarrollar algunos proyectos personales, tratándolo como si fuera un hobby. Pero el fin es ver si me puede servir en el trabajo, en el que tengo ahora y en futuros trabajos que pueda tener en el futuro.

Programar siempre me ha parecido algo creativo, lo descubrí siendo un adolescente pero no me formé en ello, lo redescubrí con más de treinta años y me sirvió para desarrollarme profesionalmente, aunque sólo fuera haciendo VBA en MS Access y Excel. Luego, al convertirme en manager le dejado la programación a otras personas de mi equipo, pero siento que hay mucho más que se puede hacer con herramientas como Python. Conociéndolo más me permitirá gestionar mejor los proyectos en los que lo estamos utilizando.

El problema es la disyuntiva entre entrar demasiado en el detalle, que es algo difícil de gestionar cuando tu equipo crece, y mantener una gestión más "estratégica" de tu equipo. Pero no me quiero convertir en un burócrata, en una persona que gestiona por el mero hecho de gestionar, sin entender el detalle. Sobretodo porque siento que pierdo la parte más creativa del trabajo.

martes, 6 de octubre de 2020

La importancia de las formas

Para convencer a alguien de algo viene bien tener muy buenas razones pero no es suficiente. O, mejor dicho, no es indispensable.

La posición que tomamos en cualquier tema tiene una base emocional que va más a allá de la parte racional. Es esta parte racional la que está incrustada en nuestro cerebro, porque nuestro cerebro no es sólo racional, es, sobretodo, emocional.

El cómo convencemos es más importante que lo que decimos. Escuchar, entender el punto de vista de la otra persona, el tener una actitud que muestra comprensión, ayudará a inocular en el otro tus puntos de vista, para que germinen en su mente, para que logren "hacer raiz".

Así que tenemos que cuidar las formas, algo que tengo que recordarme más a menudo porque no se me da especialmente bien.

Y cuando digo que tener buenas razones para convencer no es indispensable es porque en realidad no te hacen falta. Si consigues llegar a la parte emocional de la otra persona le puedes vender una moto, una teoría conspiranoica, ideas populistas o extremistas.

Así que tengamos cuidado. 

miércoles, 30 de septiembre de 2020

No te arrepientas

En este Universo infinito, de millones de años de evolución, nos ha tocado la lotería de respirar, como seres humanos, y disfrutarlo durante un periodo de tiempo demasiado breve. Así que no hay que perder el tiempo con lamentos.

Hay que hacer cosas aunque no entendamos el sentido de lo que estemos haciendo, dejarse llevar por la intuición, sin pensar demasiado. Hay que producir mucho, fallar pronto, aprender de los errores, rectificar, arrepentirse sólo de no intentarlo.

martes, 22 de septiembre de 2020

El cementerio de las ideas olvidadas

Para que la evolución biológica pueda tener lugar hace falta antes una evolución física, esto es, la formación de las estrellas, de los planetas, reacciones químicas en la atmósfera, actividad volcánica... De alguna forma, todo es mundo físico que es necesario como contenedor, y concebido en principio como materia inerte, es un paso inicial imprescindible, y un acompañante necesario a lo largo de la evolución de la vida.

De la misma forma, una vez desarrollados los contenedores físicos (el planeta con las condiciones adecuadas para la vida), y el contenedor biológico (los "cuerpos" con todos sus componentes, incluido el cerebro), es el momento para el desarrollo de otro elemento, al que llamaremos la "Conciencia" a falta de otro nombre mejor.

La inteligencia desarrollada por los humanos, más allá de que existan otros animales con capacidades similares, es un punto y a parte en el desarrollo de la vida, es algo más, algo diferente, de la misma forma que el desarrollo geológico y el desarrollo biológico son diferentes. Ser capaz de la capacidad de crear conceptos, desarrollarlos, comunicarlos, de entender las dimensiones del universo desde nuestro insignificante planeta, ser capaz de desarrollar capacidades de computación que superan con creces la de nuestro propio cerebro, estar cerca del momento en el que seamos capaces de crear un nuevo tipo de "vida" diferente al biológico...

Esta, la de la "conciencia" es una inevitable y esperada tercera fase en el desarrollo del universo, que tiene que haber surgido en otras partes del mismo, y que no tiene por qué ser la última.

Pero, ¿en qué consistirá la cuarta fase?

domingo, 13 de septiembre de 2020

El chocho de ahí fuera

Tras leer un par de artículos sobre una conjetura matemática que no ha sido probada después de más de dos mil años, y sobre la evolución de la Inteligencia Artificial en el mundo del ajedrez, me doy cuenta de que la capacidad del ser humano de crear sus propios mundos virtuales es algo que raya en lo vicioso.

¿Qué es lo que lleva a que unas personas dediquen la mayor parte de su energía a algo que no tiene una evidente aplicación práctica? Porque no me vale que luego se puedan aprovechar los frutos de esos esfuerzos en otras aplicaciones prácticas y provechosas. La realidad es que a esos matemáticos y programadores lo que les pone no es la utilidad práctica de sus esfuerzos, es el desafío de solucionar un problema, un problema imaginario, para más inri. Así que cualquier beneficio que se pueda sustraer de esto es puro efecto colateral.

No sé por qué lo hacen, de la misma forma que no sé porqué yo escribo estas líneas. O quizás sí que lo sé... Lo hago por tratar de entender mejor la realidad de ahí fuera, es un intento de desmadejar todo el chocho en el que nos encontramos. Así que supongo que estos matemáticos y programadores, de alguna forma, también están intentando lo mismo.


sábado, 12 de septiembre de 2020

Caminos por descubrir

Las hijas de un par de familias amigas nuestras van a empezar la Universidad esta semana. Se van a Londres a vivir en un colegio mayor, se independizan formalmente de sus padres, aunque todavía dependan económicamente de ellos.

Es un cambio brusco para los padres, que sufrirán el síndrome del nido vacío, pero para ellas comienza toda una aventura, la aventura de sus vidas, y no puedo evitar sentir una envidia sana.

Tener la vida por delante, experimentar por primera vez tantas cosas, equivocarte por el camino sin que las consecuencias sean irreversibles... Todo esto no es algo que ellas aprecien a sus 18 años, pero perros viejos como yo lo vemos un momento excitante que tiene que ser exprimido y aprovechado al máximo.

Una pena que cuando eres joven te falta la experiencia, y cuando tienes la experiencia no tienes la libertad, por las obligaciones que contraes al formar una familia, y la reducción de oportunidades que se manifiesta conforme te vas haciendo mayor.

Supongo que es posible encontrar un punto intermedio, y la verdad es que no me quejo de dónde estoy, de dónde me ha llevado la vida. Pero es cierto que no es lo mismo la inercia de una vida satisfactoria que las emociones de una por descubrir.


miércoles, 9 de septiembre de 2020

Levantar la cabeza

Ir desde mi casa al instituto me tomaba unos cinco minutos, el mismo camino, 4 veces al día, durante varios años, de lunes a viernes, por las monótonas y prosaicas calles de un pueblo a las afueras de Valencia.

Un día de tantos, mientras andaba por la calle, a punto de llegar al colegio, miré hacia el cielo, y me fijé en la fachada de una de las casas. No tenía nada realmente especial, pero, avergonzado, me di cuenta de que la miraba por primera vez, que había estado dos años caminando por ese mismo sitio varias veces al día y siempre había pasado por allí con la cabeza gacha, mirando al suelo.

Ese día, al volver del colegio, levanté la cabeza tratando de recuperar el tiempo perdido, abriendo bien los ojos para absorber todos los detalles de las calles, sus fachadas, los coches, los perros y los gatos, las tiendas, las manchas de aceite en el asfalto, las baldosas rotas de la acera, la ropa tendida en los balcones…

De vez en cuando recupero esta anécdota, para evitar el vicio de mirar el suelo, de recordarme de que tengo que levantar la cabeza y disfrutar del camino por el que transito.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Genialidad, irregularidad

Orson Welles confiaba en la magia de la improvisación. Creas una escena, pones unos actores, pero das libertad para que los actores, imbuidos en los personajes, lleven la acción hacia donde quieran.

Esto le funcionó, pero no le funcionó demasiado. Sus dos o tres obras maestras fueron estructuradas por otros guionistas, el resto de su obra es irregular, está lleno de improvisaciones, no llega a despuntar.

Quizás sea el precio a pagar por llegar a algo sublime, quizás el trabajo planificado puede dar buenos resultados pero no trabajos geniales. 

jueves, 3 de septiembre de 2020

mE eQUIVOQUÉ

"Sólo aprende el que falló..."

Éste es un verso de la canción "Me equivoqué", de el Kanka, un cantautor que descubrí no hace mucho y está poniendo melodía estos días a los trayectos de mis casa al trabajo.

El Kanka es el cantautor que yo hubiera querido ser si me hubiera atrevido a ser cantautor. Es la música y las letras, que me hubiera gustado componer y escribir en ese otro Universo en el que voy con la guitarra de aquí para allá.

Supongo que me equivoqué de Universo.

domingo, 30 de agosto de 2020

Espejismos egocentristas

Todos los caminos llevan a uno mismo. Somos el centro de nuestro mundo, todo parece encajar, para lo bueno y para lo malo, lo que produce un espejismo de designio, de inevitabilidad, de destino, de cartas marcadas.

Pero la ilusión de ser el centro del Universo tiene que ser desafiada por el giro copernicano de comprender que el centro está en otra parte y que nosotros somos actores secundarios, para lo bueno y para lo malo.

Nuestro ego nos puede acusar de herejía, nos puede amenazar con la excomunión o con la hoguera, pero aunque nos veamos forzados a negar la evidencia, en el fondo sabemos, que a pesar de todo, "e pour si muove".

Pero esto no es una derrota, es una liberación, nos permite entender mejor el mundo y tomar las decisiones más acertadas. Y disfrutarlo más.

sábado, 29 de agosto de 2020

Hormigas que se plantean el sentido de la vida

Hay quien dice que de la misma forma que una hormiga no es capaz de comprender la escala humana del mundo que le rodea, nuestra inteligencia no nos permite entender escalas superiores a la nuestra. Este argumento, intelectualmente derrotista, se convierte en un cajón de sastre en el que caben diferentes tipos de creencias, desde los que afirman que los extraterrestres están ya entre nosotros a los que defienden la existencia de Dios o variopintos mundos espirituales, por lo que siempre me sentí incómodo con él.

Pero hoy he visto un documental en el que han explicado de una forma ciertamente esperanzadora los logros del intelecto humano. El presentador, coge la arena de una playa y afirma que existen más estrellas en el Universo que granos de arena en todas las playas del Planeta Tierra, un planeta insignificante, que orbita alrededor de una estrella cualquiera, en el rincón de una galaxia más entre una infinidad de otras muchas. Desde este punto de vista, no es nada desdeñable que nosotros, los seres humanos, hayamos sido capaces de entender nuestro insignificante rol en este Universo. Puede que apenas lo hayamos empezado a entender, pero lo hemos hecho, y nuestro conocimiento sigue creciendo a un ritmo exponencial.

Es como si las hormigas que serpentean por la acera de al lado de casa supieran que existe Australia y la Copa del Mundo de Fútbol.

Así que, a pesar de que ciertamente la mente humana puede tener ciertos límites, estos están todavía por encontrarse, y no me vale el argumento de que no somos capaces de entender ciertas cosas porque no estamos diseñados para entenderlas.


viernes, 28 de agosto de 2020

42

En "La guia del autoestopista galáctico" una civilización extraterrestre crea un superordenador y le preguntan cuál es el "sentido de la vida, el Universo y todo lo demás". El ordenador, 7 millones y medio de años después, contesta: 42.

Una pregunta ambigua, lleva a un esfuerzo importante para dar una respuesta inútil. Esto no es sólo una broma en un libro de ciencia-ficción, forma parte del día a día que nos rodea. Porque todos queremos respuestas directas, concisas, iluminadoras, que nos guíen, que nos salven el día, que nos liberen de esta realidad compleja, pegajosa, incómoda, en la que estamos inmersos.

Trabajo en el mundo del "data", y éste es el problema más importante al que me tengo que enfrentar todos y cada uno de los días. El problema de las expectativas de solucionarlo todo con un gráfico, la frustración de tener que responder a preguntas mal formuladas, el desafío de explicar que lo que te están pidiendo no tiene sentido, la obligación de tener que entregar algo aunque sepas que no va a ser aprovechado, las dificultades de centrar tus esfuerzos en lo que realmente tiene más valor, frente a dedicarlos a objetivos más vacíos e innecesarios...

Todos quieren un número que lo explique todo, un "42" que les lleve directos al Nirvana, un éxtasis de iluminación, un número que les revele el sentido de la vida, del universo y de todo lo demás. Pero, claro, no está en mis planes dedicarle siete millones y medio de años para cada una de estas peticiones, y tanta expectativa se me hace un poco pesada.  

lunes, 17 de agosto de 2020

Ciclos

 Messi ha sido el mejor jugador del mundo. Lo ha sido, ya no lo es. Está en declive, el equipo que le rodea no le acompaña. Como madridista que soy, esto es un alivio, nos lo ha hecho pasar mal durante más de una década. Aunque a nosotros no nos ha ido nada mal, la verdad.

Se acaba un ciclo, porque nada dura para siempre. Lo mismo sucede con cualquier otra cosa, en nuestras vidas personales, en las empresas, en las sociedades. Cuando estamos en medio del ciclo se nos olvida que es sólo una situación temporal y nos dejamos llevar por la sensación de que nuestra realidad es normal y durará para siempre.

Así que me temo que el Barcelona lo va a pasar mal unos añitos, la transición a un mundo post-Messi va a ser dura.

Ciclos is now live.

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domingo, 16 de agosto de 2020

Estamos en movimiento

Interesante artículo sobre cómo construir una compañía invencible. La necesidad de re-inventarse continuamente es algo estresante pero es cierto que en el entorno en el que vivimos, con continuas innovaciones y multitud de competidores, lo que le funciona a una empresa sólo funciona por unos pocos años, hasta que una nueva innovación o un nuevo competidor te sorprende con algo nuevo.

Los trabajadores tenemos que asumir este contexto. La tendencia a buscar cierta estabilidad, sobretodo cuando empiezas una familia y tienes hijos, está en contradicción con este ecosistema salvaje en el que nos toca vivir.

Mejor asumirlo que frustrase con ello.  

viernes, 14 de agosto de 2020

Agazapados en junglas mentales

Hiroo Onoda fue un soldado japonés que, siguiendo órdenes, se ocultó en una isla filipina para destruir las instalaciones y las comunicaciones del enemigo.

Era 1944, meses después el ejército japonés abandonó la isla pero este soldado, junto con otros tres, siguieron luchando. La guerra acabó pero ellos no lo creyeron, y siguieron luchando. Uno de los soldados decidió entregarse en 1950, seis años después del final de la guerra. Los otros tres siguieron ocultos, matando aldeanos (se estima que unos 35). El ejército filipino abatió a otro de los soldados en 1954, y a otro más en 1972. Por fin, en 1974, con la intervención de su antiguo jefe, decidió entregarse.

La historia de Hiroo Onoda puede parecer extraordinaria, pero historias parecidas ocurren a nuestra alrededor todos los días. No tan extremas, con soldados ocultos en la jungla por décadas, pero sí de cerrazones mentales que duran años y años, personas que peses a las evidencias que se les presentan siguen parapetados en sus convicciones, en sus obsesiones, en sus extremismos. La negación del cambio climático, la fragilidad de las creencias religiosas, las conspiranoias...

Hay mucha gente agazapada en las junglas mentales.