Cerca del Círculo Polar Ártico, al norte de Suecia, es donde Facebook tiene uno de sus centros de datos. Allí, donde es más barato refrigerar sus miles de servidores, se almacenan los reflejos de las vivencias de millones de personas de todo el planeta. Por ahora son apenas fotos, videos y comentarios circulando por sus circuitos, compartidos generosamente con la NSA. Poco a poco irán incorporándose nuevas funcionalidades para llegar algún día al momento en el que de alguna forma todos estaremos dentro de unas máquinas parecidas, rodeados de un frío polar pero felices en nuestras vidas virtuales.
Irreflexión en plan The Matrix, cosas de un domingo por la mañana.