Qué pasaría si de repente descubrieras que tienes un hermano gemelo…
Esta es una pregunta que he leído en un libro. Desde luego sería algo muy inquietante, descubrir que no eres el individuo único que crees ser provoca una sensación extraña de desasosiego. Yo no he descubierto que tengo un hermano gemelo, pero hace 20 años, estando en la casa de un amigo de una amiga, experimenté una sensación en cierto sentido parecida. Este amigo de mi amiga puso un disco de Calamaro, “Alta Suciedad”, un disco que yo también tenía y que me encantaba. Esta persona, puso el disco en el lector de CD’s y saltó la primera canción, diciendo que la primera no le gustaba… !Exactamente lo que hacia yo cuando ponía ese disco! Entonces me di cuenta que ese chicho se parecía físicamente a mí, algo de lo que al llegar no me había percatado. Tenía un trabajo parecido al mío, estaba viviendo en Barcelona durante la semana porque estaba trabajando en un proyecto, los fines de semana volvía a Madrid… !Como yo!
La sensación que me invadió fue de decepción: yo no era tan único como creía ser, habían otros tipos muy parecidos a mi por ahí…
Así que emocionalmente descubrir que tienes un hermano gemelo puede ser bastante inquietante. Pero una vez superado el shock emocional, quiero pensar que la parte racional volvería a tomar el control y aprovecharía la oportunidad para investigar sobre un tema fascinante: cuanto hay de educación y cultura y cuanto de genética en todos nosotros. ¿Seríamos muy diferentes ese hermano gemelo y yo? ¿Ateo como yo o creyente? ¿Creativo, deportista, de derechas o de izquierdas?… ¿Me llevaría bien con él?
En todo caso, vale la pena plantearse esta cuestión, ya que nos puede servir para replantearnos muchas de las cosas que nos parecen normales.