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martes, 28 de abril de 2020

Diferencias

Las crisis suelen exacerbar las diferencias, ésta del virus no es una excepción.
Los que tienen trabajos peores pagados la sufren más, porque no pueden trabajar desde casa. Los que tienen mejores sueldos suelen poder teletrabajar.
Los que viven en pisos pequeños tienen más riesgos de infectarse e infectar que los que viven en chalets con grandes jardines y gimnasio.
Los que tenían cierto ahorros podrán salir mejor de la crisis que los que estaban en niveles de subsistencia.
Desde este punto de vista, a la salida de esta crisis no nos espera una sociedad más igualitaria.

lunes, 27 de abril de 2020

Negacionismo virológico

Interesante artículo en El Confidencial sobre los “terraplanistas” del Covid-19.
Si hay gente que niega que la Tierra sea una esfera que flota por el espacio, cómo no van a haber personas que crean que esto de la pandemia es una patraña, que la gente “se muere porque “han acudido a urgencias con un catarro y que han sufrido ataques de pánico y ansiedad en el hospital. Les falta la respiración, se los llevan a las UCI y allí se bloquean completamente”.
Gente de este pelaje creen cosas como que “el cáncer es producto de un conflicto emocional interior no resuelto”.
Por lo menos los terraplanistas, en principio, no matan con sus tonterías.

viernes, 24 de abril de 2020

Los virus buenos

Cría fama y échate a dormir. Es lo que tiene lo de ser virus, que por unos cuantos que provocan alboroto, pongamos que hablamos del Covid-19, resulta que todo el resto del mundo viral se gana también la mala fama.

Pero resulta que hay virus buenos, y los tenemos todos los días con nosotros, en nuestras mismas entrañas, por ejemplo. Los tenemos ahí, en la mucosa intestinal, unos virus bacteriófagos que se comen a las bacterias malas. Y también nos infectamos desde la niñez con virus blandengues que sirven para entrenar a nuestro sistema inmunológico, de tal forma que nos prepara para detectar y atacar a las células cancerígenas.


Así que no generalicemos con los virus, pobrecitos, que no todos son malos.

jueves, 23 de abril de 2020

Si no es por una cosa es por otra

Las críticas a los gobiernos empezaron por no haber tomado medidas mucho antes: que si cerrar los aeropuertos, que si comenzar el confinamiento… Ahora las críticas empiezan a ser porque el confinamiento dura demasiado, que hay que acabarlo ya.
Mal momento para gobernar, especialmente para la generación de políticos que tenemos: mediocres, sin experiencia en la vida real, con ideas superficiales, sin visión estratégica, charlatanes… ¿Me dejo algo? Ah sí: huecos, egocéntricos, vanidosos, histriónicos, impulsivos, mentirosos…

miércoles, 22 de abril de 2020

Crisis re-loaded

Las crisis se están cebando en todos nosotros. La financiera del 2008, de la que todavía sentimos sus efectos, la crisis ecológica sobrevolando como un buitre carroñero, ahora nos está pegando bien fuerte la del Covid’19…
Yo disfruté de un periodo de relativa calma, entre mediados de los 90 y finales de la primera década del siglo XXI, justo el periodo en el que me incorporaba al mercado de trabajo y mi percepción ha sido la de que la estabilidad es la norma. Pero no. Simplemente he sido un tipo, junto a todos los de mi generación, con suerte.
Lo más normal son las situaciones de crisis. Entre mediados de los 70 y principio de los 80 el sistema político en España se re-ajustó, con final feliz, al mismo tiempo que una crisis económica galopante re-dibujó la industria y el mercado de trabajo. Entre los 40 y los 60 hubo “estabilidad política”, pero estabilidad del estilo “por mis cojones”, gracias a los servicios de la dictadura franquista, al tiempo que la sociedad y la economía experimentó un cambio radical, del campo a la industria y la ciudad, una transformación que no somos capaces de aprehender en lo relativo a las tensiones que provocó.
Años antes, una terrible guerra fue el colofón de una república que no superó las tensiones sociales, económicas y políticas derivadas de la desigualdad y la pobreza.
Y así, paulatinamente, podríamos seguir hasta el momento en el que la falta de mamuts empujaba a la tribu a iniciar la búsqueda de mejores tierras para sobrevivir.
Las crisis son la norma.

martes, 21 de abril de 2020

Flotar por culpa de Netflix

Isaac Newton desarrolló varias de sus teorías y descubrimientos durante el confinamiento por peste bubónica en 1665. Dicen que Shakespeare escribió algunas de sus obras durante otra cuarentena por peste en 1606.
Seguramente no sufrían las distracciones de niños montando alboroto alrededor, y por supuesto no tenían las tentaciones de perder el tiempo navegando por las redes sociales o ver series en Netflix.
¿Existiría hoy una Teoría de la Gravedad si Isaac Newton hubiera tenido una suscripción a Netflix?
Quién sabe, a lo mejor estaríamos ahora flotando por nuestra habitación si el bueno de Isaac se hubiera enganchado durante su confinamiento a Breaking Bad o a Black Mirror.

lunes, 20 de abril de 2020

La orilla de la playa se está alejando...

Esta crisis va tener consecuencias muy diversas: desde la natalidad a los divorcios, efectos en la psicología de las personas, en nuestras costumbres, en el medio ambiente, la terrible crisis económica que vamos a sufrir…
Algunos de esos cambios no son inmediatos, porque serán la consecuencia de un efecto dominó que es difícil prever, y será ahí donde estarán los efectos más devastadores o transformadores.
Un ejemplo es la crisis que están sufriendo las empresas que extraen crudo. No pueden almacenar más, la demanda ha caído tanto que tienen que parar de producir. La producción de petróleo está gestionada por los grupos más poderosos que controlan la economía global y las decisiones de los que tienen tanto dinero y poder tienen un gran efecto multiplicador. Las tensiones en este area pueden provocar guerras, por ejemplo, pero también podríamos ir en otra dirección, como que el hundimiento de estos conglomerados empresariales acelere la adopción de energías más limpias, desde el coche eléctrico a energías eólicas, o que provoque una vuelta a la inversión en energía nuclear (algo que no tiene que ser malo de por sí).
El impacto más importante no vendrá con la primera oleada. Me recuerda a un maremoto, ahora estamos en la fase en la que la orilla de la playa se está alejando decenas, centenares de metros. Somos conscientes de que algo gordo va a suceder y corremos hacia el interior para evitar la gran ola que se avecina…

domingo, 19 de abril de 2020

Sonidos y luces conspiranoicas

La crisis del Covid-19 ha provocado la disminución de la contaminación y la congestión de las ciudades, y con ello algo poco habitual: a traído el silencio.
Esto, combinado con el tiempo libre y el aburrimiento del personal, y por la querencia hacia lo conspiranoico, está haciendo que mucha gente dé una interpretación paranormal a ciertos fenómenos que siempre han estado ahí.
La capacidad de las redes sociales para multiplicar el alcance de las tonterías es un reflejo de la falta de espíritu crítico que tenemos en nuestra sociedad.

sábado, 18 de abril de 2020

Llegó la hora de la semana laboral de 4 días

Las consecuencias económicas de la crisis en la que estamos inmersos tienen que acelerar los cambios que se estaban avecinando.
Uno de ellos es la semana laboral de 4 días. Hasta los años 20 del pasado siglo no se empezó a instaurar el descanso de dos días a la semana, una práctica que tardaría varias décadas en extenderse. Tras 100 años de desarrollo tecnológico y globalización toca revisar esta práctica, la crisis actual puede ser la excusa para incrementar el descanso semanal un día más. 
Podría ayudar en la recuperación económica, al repartir el trabajo existente entre más gente, y generaría beneficios relacionados con la conciliación laboral y el disfrute del rato que pasamos todos nosotros en ese puñetero planeta.
Así que legisladores del mundo, atreveros a renovar el patio.

viernes, 17 de abril de 2020

Ignorar las estupideces

Una de las cosas que tiene este virus es que no te da la oportunidad de meterte en un atasco, enervarte, y cagarte en los muertos de ese conductor que te está tocando los cojones.
Pero a falta de atascos reales, con sus coches, su contaminación y esas miradas amenazantes, tenemos las redes sociales.
La gente con tendencia al cabreo tiene todo un universo de oportunidades para sacarse la bilis del pecho, y vaya que las aprovechan.
Aunque hay que tener cierto grado de paciencia, porque hay razones objetivas y desafortunadamente muy palpables para el cabreo, tenemos que hacer un esfuerzo por rebajar el tono, sobretodo los que tienen el teclado rápido para contestar. 
Paremos la viralización de las estupideces ignorándolas. Que se desahoguen los que tengan que desahogarse, algunos con muy buenas razones, pero tratemos esos exabruptos como si de una persona gritando en una habitación cerrada se tratara.

domingo, 12 de abril de 2020

Invasión Extraterrestre

Una especie alienígena está atacando el planeta Tierra. Los seres humanos son diezmados por unos seres que han llegado para acabar con nosotros. Todas las naciones del mundo se unen para luchar contra el invasor…
Todas las naciones se unen para luchar contra el invasor…
Tiene sentido, ¿no? Si nos atacan desde fuera, olvidamos nuestras diferencias y luchamos juntos contra el enemigo común.
Si tiene sentido hacer esto contra un enemigo extraterrestre, ¿por qué no lo tiene cuando luchamos contra un enemigo común microscópico, como el Covid-19?

miércoles, 8 de abril de 2020

CoVid-19, inmigrante irregular

Este virus deja en evidencia el artificio de las fronteras, de las identidades nacionales, del patrioterismo. Seres humanos de todos los continentes, de todas las religiones, de todas las orientaciones políticas, sexuales o futboleras lo sufren por igual. Un ser microscópico que nos recuerda que somos más parecidos de lo que pensábamos, que somos ya una aldea global, que esto de la globalización no es un concepto retórico o ambiguo, es una realidad palpable, medida en número de contagios o, por desgracia, en número de muertos.
Amenazas globales como el calentamiento global, el hambre, o las pandemias requieren de acciones globales. Espero que aprendamos algo de toda esta desgracia y empecemos a construir las bases para un gobierno mundial que nos ayude a lidiar con estos problemas en el futuro.

jueves, 2 de abril de 2020

Fase 1 acabando, empezando Fase 2

El daño económico que esta crisis está provocando está a punto de manifestarse. Estas primeras semanas han sido más o menos llevaderas. Bromas, aplausos por las ventanas, altibajos con el estado de ánimo pero la gente ha estado bien. 
Pero el hemos llegado al final de mes, los pagos se acumulan, no hay ingresos y la mayoría de las familias están viendo como sus cuentas bancarias bajan a números alarmantes.
Y lo que es peor, con la incertidumbre de no saber cuándo o cómo va a acabar esto. Con la certeza de que todavía va a durar un buen número de semanas más.
Va ser complicado mantener el buen rollo en esta segunda fase…

miércoles, 1 de abril de 2020

Una semana de confinamiento al año

No se sabe todavía cómo ni cuándo, pero esta pesadilla tendrá un punto y seguido. Las consecuencias se sentirán por años, décadas, incluso siglos, ya que puede tener un efecto transformador y global.
Los seres humanos tenemos querencia con cosas como la de caer múltiples veces con la misma piedra, tanto es el gusto que tenemos por la mineralogía. Así que con el fin de recordar lo duro que es esto de confinarse y de paso suavizar la presión que ejercemos al medio ambiente y a los animalitos y a los pececillos, deberíamos implantar, a nivel mundial, una semana al año de confinamiento. Una especie de ayuno social colectivo, que nos ayude a levantar el pie del acelerador, mirar a los ojos a las personas con las que convivimos, disfrutar de todo lo bueno que nos rodea justo al alcance de nuestras manos, de recordar lo afortunados que somos con lo que ya tenemos.

martes, 31 de marzo de 2020

Y dale con las conspiraciones

Mira que la gente tiene ganas de echarle la culpa a los chinos, a los rusos, a los americanos o a los reptiles extraterrestres si se tercia. Lo encuentro en las redes sociales, pero también me viene a través de familiares y amigos.
Eso de que la realidad sea compleja, con multitud de fuerzas que interactúan cada una a su bola, sin propósito ni concierto, no mola. Focalizar la culpa ayuda a desahogarse, te da más apariencia de control porque si la razón última de nuestras desgracias se esconde detrás de un único culpable en principio basta con acabar con ese pedazo de cabrón.
Aunque pueda entender este tipo de reacción como un mecanismo psicológico “perdonable”, debemos de ser lo suficientemente maduros como para superar esta tendencia cuasi-infantil que no ayuda a descifrar la realidad y afrontarla con las medidas más adecuadas.

domingo, 29 de marzo de 2020

Macro vs Micro

Cuando estudiaba en la Universidad teníamos dos asignaturas diferentes: Microeconomía y Macroeconomía. La primera está centrada en las “matemáticas y la lógica” de la empresa, la segunda en la de la economía de un país. 
La que más me gustaba era la segunda, supongo que por mi inclinación hacia los aspectos más sociológicos de la realidad. Me intriga el comportamiento de la sociedad en su conjunto, y la economía es un aspecto fundamental de ésta.
Cuando se observa a la sociedad en su conjunto percibes movimientos que no pueden derivarse directamente de los comportamientos individuales, y ayuda a entender mejor las causas y los efectos de lo que sucede o lo que ha sucedido o lo que sucederá. Pero esta visión es más impersonal, dejas de ver a los individuos como personas, se convierten en seres anónimos, hormiguitas sin nombre, sin rostro.
La Macroeconomía te habla de inflación, de nivel de paro, de producto interior bruto, de subidas o bajadas de interés. Pero cuando ves los gráficos de como interactúan y la demanda no visualizas colas del paro, al intimidarte director del banco poniendo presión al empresario que no ha pagado un par de cuotas del préstamo, a los almacenes repletos de stock esperando a unos precios más adecuados para vender la mercancía, a la familia que no llega a final de mes, acuciada por unos salarios que no crecen al mismo ritmo que la inflación.
Que conste que no hablo para nada mal de materias como la Macroeconomía, ya que son absolutamente necesarias. Solo hago constar la dificultad de mantener los dos puntos de vista a la vez, y al mismo tiempo la necesidad de ver la realidad con una óptica “Macro” para entenderla mejor.
Con una óptica “Macro”, la terrible realidad de la crisis del Covid-19, con sus muertes y su impacto económico en millones de familia, se convierte en un proceso histórico que transformará la sociedad de una forma que todavía no somos capaces de entender, un tratamiento de shock que tendrá repercusiones al principio negativas, pero de la que seguramente saldrán también cosas positivas, por su impacto en el medio ambiente, en la renovación de empresas, de formas de trabajar, de formas de entender la vida.

sábado, 28 de marzo de 2020

Besarse y abrazarse, deporte de riesgo

Las culturas son diferentes. En los países latinos nos besamos y nos abrazamos más que en las culturas anglosajonas o en las orientales.
Esta idea puede ser fruto de los estereotipos, pero si fuera verdad la consecuencia sería que los latinos seguramente somos más propensos a infectarnos de virus del tipo del Covid-19. 
Si esta hipótesis fuera cierta implicaría que la gripe común tiene más incidencia en los países latinos. ¿Es esto cierto? He buscado, de forma superficial eso sí, y no he encontrado todavía ninguna estadística que corrobore o refute esta hipótesis.
Seguiremos buscando.

viernes, 27 de marzo de 2020

El Karma del Planeta nos ataca

Ya he empezado a leer artículos que giran sobre la idea de una planeta, un “Gaia”, vengativo, que ataca a los seres humanos como consecuencia de lo mal que nos estamos portando, en este caso a través del Covid-19.
Es enternecedora la necesidad que algunas personas tienen de encontrar entes sobrenaturales que de forma más o menos consciente actúan en determinada dirección para ajustarnos las cuentas. 
Esta necesidad está relacionada con la búsqueda de significado y sentido a la compleja realidad que nos rodea, la necesidad de ajustar esta realidad a nuestra propia existencia. 
Entiendo esta necesidad, porque ayuda a sentirnos un poco menos solos y frustrados, pero reconozco que cuando escucho a alguien decir cosas como “todo sucede por una razón”, me pongo de los nervios.
Porque creo que es mejor reconocer que el mundo no gira en torno a nosotros, que muchas veces lo que te acaba influyendo obedece a fuerzas ajenas a ti, que no saben ni quien eres ni les importa un pimiento, ni tienen una “conciencia” ni un plan maquiavélico para ajustar cuentas con el Universo.
Y no creo que este pensamiento se más deprimente, sino todo lo contrario, es más liberador. Lo contrario tiene un punto de infantil, de dependencia en entes superiores que saben más que nosotros, de sumisión a esos supuestos poderes ocultos. Reconocer que somos pequeñitos e indefensos es más realista, pero al mismo tiempo te hace más consciente de tu capacidad de actuación y te hace valorar más la suerte que tienes de vivir y respirar y disfrutar de este mundo.
Así que no, el Covid-19 no es una respuesta vengativa de la Naturaleza a la sobre explotación que los seres humanos estamos ejerciendo sobre los recursos del planeta o una respuesta al cambio climático. El Covid-19 es la consecuencia de una mutación de un virus que afecta a los humanos más de lo normal, originado probablemente por las prácticas alimentarias en determinadas sociedades, amplificado por la superpoblación y por el desarrollo actual de las comunicaciones. Y tenía que pasar por pura estadística, el problema no era si iba a pasar, sino cuando. Nuestra falta de previsión ha hecho lo demás.

jueves, 26 de marzo de 2020

Colapso por estornudo

Ayer no pude evitar la tentación de retomar el libro de Jared Diamond, “Colapso”, que cuenta como diferentes civilizaciones, tras un tiempo de esplendor, se hundieron y prácticamente desparecieron. Mayas, Isla de Pascua, los noruegos que colonizaron Groenlandia… Las razones para estos colapsos, concluye Jared Diamond, están relacionadas con el abuso de los recursos naturales de la región en la que viven, vinculada a la sobrepoblación derivada de su propio éxito como sociedades.
Tengo que revisar el libro, pero creo que en la lista de razones no incluye la expansión de enfermedades como factor que contribuye al colapso de una civilización, punto que otros etnógrafos y arqueólogos destacan.
A la vista de los acontecimientos actuales, definitivamente los virus y bacterias deberían estar en la lista de razones para un colapso.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Crisis histórica y mira en manos de quien estamos…

No es casualidad que algunos países tengan en estos momentos líderes del pelaje de Donald Trump, Boris Johnson y Pedro Sánchez. El mundo actual de Facebook, Tweeters y Tik Toks favorece que la política se convierta en un reality más, en un espectáculo que pide audiencia, likes y memes.
No es que los líderes de antes fueran mejores exactamente. Los anteriores eran la consecuencia de otras circunstancias, que giraban alrededor de las élites, las castas y la burocracia. Los de ahora son diferentes, con unos skills más adecuados para el mundo de las redes sociales en el que vivimos.
Y, fíjate tu, les ha tocado liderarnos en una época que tendrá su capítulo destacado en la Historia.
Manda huevos.