domingo, 1 de marzo de 2020
Tergiversaciones
sábado, 29 de febrero de 2020
El tamaño sí importa
viernes, 28 de febrero de 2020
One Child Nation
jueves, 27 de febrero de 2020
Creatividad
Me he animado a hacer otras canciones y, oye, la cosa va saliendo.
Más allá de que no tendré la disciplina y el tiempo necesario para hacer cosas más dignas, es un instrumento increíble para desarrollar tu creatividad. Me pilla con 12 años y me podría haber convertido en un maestro.
miércoles, 26 de febrero de 2020
Realidad
martes, 25 de febrero de 2020
Culpar al mensajero
lunes, 24 de febrero de 2020
In-olvidados
domingo, 23 de febrero de 2020
Fraglidad
sábado, 22 de febrero de 2020
Palabras que sobreviven 15.000 años
viernes, 21 de febrero de 2020
Evolución de la Miopía (y de los Gilipollas)
Soy miope, no mucho, pero miope. Y supongo que hace unos pocos miles de años lo hubiera tenido crudo para sobrevivir. El tigre dientes de sable de turno me habría almorzado a mí antes que a mi compañeros de tribu no miopes. Cosas de la Naturaleza, que no se anda con chiquitas, la muy cabrona. Y si me hubiera almorzado antes de tener hijos mi potencial estirpe de descendientes miopes se habría acabado ahí mismo, a los pies de ese tigre panzón.
Hoy en día ser miope no es una desventaja, el contexto ha cambiado. Puede incluso ser una ventaja: si te quedan bien las gafas, hasta puedes parecer más interesante y tener más éxito reproductor.
Las preguntas entonces son las siguientes.
¿Cómo puñetas sobrevivieron los pocos miopes antecesores de todos los miopes de hoy en día? ¿Por pura chiripa? Supongo que el ratio de supervivencia era bajo, pero alguno se libraba y llegado en momento adecuado, en el que el contexto es más favorable, se extienden.
Y por otro lado, ¿qué otras deficiencias hoy en día se expanden gracias a que el entorno ha cambiando? Así de primeras se me ocurre una: la gilipollez.
Si eras muy tonto en el pasado el tigre te acababa comiendo, seguramente. Me imagino a un gilipollas en medio de la selva haciendo ruido como si estuviera en la ruta del bacalao, y claro, ¡zasca!, almorzado. Hoy en día, en cambio, miro alrededor y veo muchos gilipollas, por lo que algo el entorno se les ha vuelto más favorable. Y no sólo sobreviven sino que tienen hijos y sus estirpes se extienden.
Seguiremos investigando.